sábado, 7 de febrero de 2009

XVIII. LA CEREMONIA DE TI-TULACIÓN (nov.2002)

- Congratuleichon tu de niu ticher!!
- Gracias huevón!
- Pero por qué esa carita?
- Y qué otra querís que tenga?
- Pero si te acabai de titular, huevón! Yo no pude ir, y me urjo caleta.
- Sí, pero no supiste el numerito que se mandaron en la ceremonia?
- Se ná’ yo. Estaría igual de larga y cebollenta como las anteriores.
- Larga como siempre. Pero uno de los docentes se preocupó de hacerla más breve.
- Que buena!, por fin se pusieron las pilas con la lata de los discursos.
- Qué discursos, huevón!. Esos estuvieron como siempre.
- Y cuál fue la innovación entonces?
- Que los que se graduaban, es decir, los nuevos profesores pasaron definitivamente a segundo plano.
- Cómo?, y quién la llevaba entonces?
- Los de siempre, los que mandan.
- Los jefes?
- Más que jefes, Sherif. De los que imponen la ley.
- Pero es que todavía no entiendo. Qué huevá pasó exactamente?!
- Que fuimos todos con nuestras familias a la ceremonia.
- Me imagino, si es una fecha importante para todos.
- Claro!, aún cuando lo que entreguen sea un título simbólico.
- Pero esa es la gracia, la tradicional ceremonia donde la familia te saca fotitos y te regala huevaditas.
- Pero esta vez casi ni hubo oportunidad de sacar ni una foto a lo ‘equipo de fútbol’.
- Pero cómo, si pa’ eso arman la parafernalia, como todos los años.
- Sí, y como en todas las universidades del mundo, es una tradición.
- Bueno, los imponderables de todo acto que tiene su protocolo
- Sí, y es precisamente el protocolo el que no se respetó.
- Se desordenó mucho la cosa?
- No hubo protocolo. Lo que hubo fue ‘Potoloco’.
- Pero es que siempre se ponen nerviosos los graduados, y se les olvida la ubicación, si es el abrazo o la mano primero, o si es primero la foto, etcétera.
- Pero esta vez la que se puso nerviosa fue la que entregaba los cartones.
- La Jefa de carrera?
- Sure! Algo le pasó que se puso histérica y casi nos tiró los cartones, sin orden ni foto.
- Sería muy joven, a veces no cachan mucho los docentes nuevos.
- Ese no era el problema. Por lo menos lleva más de un par de años en el ambiente, y algo tiene que cachar.
- La llamaría algún pariente con problemas?
- No, más parecía como si la naturaleza la llamara con urgencia.
- Qué raro, si pa’ eso están los ensayos.
- Para ir al baño?
- No, huevón, pa’ cachar el potoloco.
- Ni me hablís de los ensayos, porque ahí ya se veía venir algo feo. Incluso la Jefa nos adelantó que esta vez quería que fuera diferente a los anteriores.
- Cuenta puh!
- Qué querís que te diga, no se si se le olvidó también, pero no nos trataba como profesores.
- A veces se quedan pegados con lo de estudiantes.
- Ni aún así puh, huevón, el trato debe ser siempre de respeto, y allí parecíamos hijos de ella.
- Ya me los imagino, todos formados aguantando a la profe, y sonriendo pa’l público.
- Parecíamos los niñitos de ‘La novicia rebelde’, pero frente a la Señorita Rotermayer.
- Rotermayer por la rotería de no pescar el potoloco de la ceremonia?
- No, Rotermayer, de la Heidi. Te acordai? Que gritoneaba a la cabrita, Adelaida! Adelaida!
- Puede ser que a la Jefa no le gusten esas ceremonias. Quién sabe qué trauma tuvo en una.
- Pero si tenía tantos problemas, o no le gustaban esas huevadas, por qué no le pidió a otro profe que la reemplazara.
- Y después el Deca le dice que no se compromete con la carrera.
- Bueno, no creo que el Hombre no se haya dado cuenta del bochornoso espectáculo.
- Pero supongo que igual se sacaron la fotito con la señorita.
- Te estoy diciendo que la Jefa se fue en la volada de que era crupier repartiendo naipes.
- Pero el público… supongo que no cachó.
- La pifiaron puh, si era muy evidente que algo faltaba.
- O sea que no tenís un recuerdo de ella entregándote el cartón?
- Por un lado es bueno, no tener que enmarcarla a ella.
- Te hubiese servido, pa’ tiro al blanco.
- Pero mi viejo... que se emociona con estas huevadas. Se había comprado hasta una máquina pa’ sacar la inmortal.
- Y los fotógrafos, arriba del proscenio?
- Estaban vueltos locos, no sabían pa’ donde disparar. Si era una locura.
- Pero a todos les pasó lo mismo, supongo?
- Sólo a los de Básica! No sé si soy yo el salado o es que nos tienen de mapahue.
- Bueno, por lo menos pudiste estar en el proscenio.
- Sí, porque pa’l próximo año nica. Si hasta tuve que pedir permiso en la escuela.
- Y pa’ pasar el bochorno?, no pasa na’.
- Si hubiese sabido, no pierdo dos días hueveando.
- En todo caso, igual tus viejos estarían emocionados.
- Caleta puh! Vaciamos el rollo en el teatro, si hasta me sacaron una foto con mi suegra.
- Y tuvieron tema pa’l correspondiente pelambre ‘posmortem’.
- Sure!, por lo menos nos dimos el gusto de descuerar a la Rotermayer.
- Y estuviste en una de las ceremonias más importantes de un universitario. Felicidades!
- Gracias, again!
- Chao profe!
- Chao!, saluda a la Jefa!

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