sábado, 7 de febrero de 2009

III. ...DE DUDOSA CALIDAD (Un congreso muy especial) (sep.2000)

Fue un momento de gran jolgorio el que viví cuando bajaron a mí, claro que de una forma muy irregular, las resoluciones del congreso, no las del ’98, el nacional de estudiantes (porque esas nunca salieron), sino que el de mayo de este año. ¿Se acuerdan de ése que hasta el decano andaba invitando?. Claro, si lo organizaban los mismos que le toman la facu cada año. Había que “llevarles las de abajo”. Aunque me hubiese gustado que bajaran por conducto regular. Pero aquellos conductos funcionan en forma muy irregular, como aquellos conductos que constantemente se saturan en los baños de las mujeres (parece que hay algunas que aún no aprenden a usarlo).

Aquel documento, cuasi bíblico, cuasi un tratado de políticas educacionales; solo comparable a los primeros escritos llenos de entusiasmo adolescente del joven Miguel, de esos que provocaban la hilaridad de don Edgardo. Aquel documento que tiene hasta el aroma del ambiente donde fue malredactado, el que evoca esas tardes en la Tita, nos muestra con gran precisión verdades indiscutibles. Como lo dicen sus conclusiones, “la docencia de la facultad es de dudosa calidad”

La calidad de la formación de los profesores no es de lo mejor. Qué duda cabe.

Tienen mucha razón. Y creo que se quedaron cortos, casi se quedaron en aspectos domésticos, aprovechando de repetir cánticos que se vienen entonando desde los tiempos en que varios profes de aquí alegaban por la lata que les daban los que ahora son sus colegas, esos infaltables apernados que profitan de nuestra Alma Máter, la que debe comprar sus libros insulsos para guardarlos en biblioteca (hay uno que tiene como 20 ejemplares iguales, y no los lee nadie)...y se llenan la boca con su “publicación”. No son todos. Por suerte (lo digo para que no se me sienta mal un profesor que está leyendo esto).

Retomando, creo que se quedaron cortos los cabros, en muchas cosas. Pero en lo que sí se pasaron fue en llamarle “Congreso” a una reunión prepactada de vocerillos que no representaban a nadie, sino que a sus propios intereses; o a los de su partido, colectivo, agrupación, engranaje, o como quieran llamarlo. Me recordaban aquellas reuniones del Comité Comunal, donde cada célula iba con la máquina listita para aplastar al macuco que se había puesto amarillento.
Quizás si hubiesen regulado su constitución, con representantes reales por cada carrera (con una opinión acabada), habrían salido temas que sí son preocupantes, como el funcionamiento de los consejos de carrera y el de los comités de docencia (que son dos cosas muy distintas), y que es nuestro deber velar por su funcionamiento, su correcto funcionamiento, con representantes de los últimos semestres, y no con mechones o alumnos de segundo que son invitados por los jefes de carrera, lo que ocurre en algunas carreras (para que no se me sienta mal otra vez, profesor)

A lo mejor hubiesen sido considerados el tema del creditaje, el que no tienen claro la mayoría de los estudiantes, y que se refiere a “1 crédito = 1 hora” (Saquen cuentas chiquillos, y vayan a cobrar sus créditos adeudados en caja). Existe una carrera que tiene que hacer pasantías de 4 horas semanales, y le significan 0 créditos. ¡Qué bonito ¿no?!.

Ya lo ven, dos cabezas piensan más que una. Aunque a veces los árboles no dejan ver el bosque, como ese bosque de estantes dentro de los cuales se almacenan cual “X Files” los resultados de las evaluaciones hechas por los alumnos a los profesores, los mismos que no trepidan en publicar los resultados de sus alumnos aún cuando éstos le sugieran absoluta reserva (pa’ que no sepan las pololas, si es que les va mal). Hasta el momento no se sabe qué pasa cada año con quienes resultan mal evaluados, sólo se han visto cambios de instrumento, pero eso no basta. Empecemos por dar el ejemplo, y después hablamos de evaluación de pares, autoevaluación, evaluación psicométrica, edumétrica, etcétera, etcétera, etcétera, (usted sabe, profe).

Faltó el tema del Congelamiento de la planta docente en la Universidad, esa normativa que dificulta la renovación de una generación que es como el Bam-Bam (fueron grandes, pero hay que darle el paso a la gente nueva, esa con ganas de innovar), normativa que permite la existencia de profes como los que todos conocen, pero que no menciono para darme el gusto de seguirles escribiendo (...irreverente pero no huevón).

Es decir, faltaron los famosos “temas que le interesan a la gente”.

Concluyendo, fue un congreso “de dudosa calidad”, es decir, “...Emífero”.

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