sábado, 7 de febrero de 2009

XI. TESIS, TESINA O SEMINARIO? (mar.2002)

That’s the problem!, aunque para algunos no lo representa el tema, sino más bien el no poder distinguir diferencias entre uno de aquellos conceptos. Y la verdad es que ni yo puedo escribir una definición sin arriesgar observaciones y rectificaciones de los eruditos. But... you know, las rectificaciones han causado poca mella en mi afán de meterme entre las extremidades de los equinos, y por ello me atrevo a definir, por el bien de los lectores, esas palabritas que tanto se usan y que tanto se desconocen.

La tesis corresponde a una investigación, sea empírica o conceptual, desarrollada por uno o más sujetos para optar a un grado académico. En el caso de esta facultad, la de educación, permite postular, de ser aprobada, al grado de Licenciado en Educación, o sea, no es cualquier grado –me entiende profe?, usted que se sienta con mucha frescura en la silla de examinador sin más que haber hojeado la tesis del postulante-.

El Seminario, por otro lado –aunque va por el mismo- es un trabajo grupal, ya que es imposible un seminario unipersonal; es también una investigación, pero se hace con los aportes y reflexiones de un grupo de personas abocadas a un tema en particular por un periodo determinado, donde todos postulan, también, al mismo grado académico (licenciado), aunque se llame ‘seminario de título’.

Y ahora, la famosa. La nunca bien ponderada, aunque jamás reprobada, y mucho menos tomada en serio, digo por parte de las comesones examinadoras -por parte de ellas-. La Tesina no es nada más ni nada menos que la misma Tesis, pero con nombre distinto. Para qué le pusieron así?, no sé. Pero con un nombre tan feo lo único que se logró era reducir el grado a ‘Licenciadino’. Serían los mismos que pretendían que se reemplazara por un Portafolio? Any way, aquella investigacionina pasó de moda, y en buena hora!

Lo importante es que hoy se desarrolla una Tesis o un Seminario, como corresponde a un alumno de la Universidad de Concepción, y la duración queda a conciencia de los que pagan, y se entiende que se debe defender lo antes posible, para salir a buscar pega. Pero cuidado! Que esa urgencia no signifique tomar para la chacota un trabajo que demuestra la calidad del o los autores.

Y a propósito de lo que dice en el renglón de arriba, y a propósito, también, de lo que dice en el primer renglón, lo realmente importante es el tema que aborda el postulante a licenciado, y allí detecto graves problemas. No sé a quién echarle la culpa. Pero últimamente se ha ido desperfilando el nivel de los alumnos egresados, considerando que los años anteriores hubo –no hubieron- verdaderos festivales de gambas en la 316; esa salita que no sé si me molesta más la ventanita chica con auxiliares paseándose por el otro lado, o lo chica e incómoda que resulta para los asistentes. Claro, muchos profes se pondrán de pie –no pies- y se agarrarán la cabeza al escuchar lo que acabo de escribir –porque no lo leerán, es mejor el cahuín- y me enrostrarán el gran nivel académico demostrado por los alumnos egresados, quienes obtuvieron sendas distinciones. Pero les puedo contar que hubo un caso excepcional, de un buen trabajo, en que la comisión verdaderamente leyó hasta los números de página, por que las preguntas que hacían los examinadores así lo demostraban; aunque aquel grupo no obtuvo la nota máxima. Sin embargo merecen mis respetos, junto con la comisión –bien por los de Enlaces-.

Ahora bien, y lo entenderán los lectores, no da lo mismo el tema que seleccione un candidato a licenciado, más aún si se trata de alguien que está inmerso en el mundo educacional. Esto lo digo pensando en la presentación del profesor Luis Riveros, Rector de la U. de Chile, el viernes último en Derecho. En la oportunidad presentó su libro “Mis ideas sobre educación: propuestas para un debate”, ceremonia patrocinada por la Corporación Educacional Masónica –ya era hora de que hicieran alguna aparición en esta casa de estudios fundada por ellos, donde cuyos alumnos poco se dan por enterados de los principios fundadores de la U. de Concepción- y que convocó a muchos académicos, pero a pocos alumnos de esta facultad.

El Rector Riveros nos hace un importante llamado a la reflexión; una invitación a desarrollar un debate nacional orientado a reformular el sistema educacional chileno, debate al que todos, y sobre todo quienes trabajamos y dejaremos nuestras vidas en las escuelas, tenemos mucho que decir; mucho que aportar. Y qué mejor forma que mediante el desarrollo de tésis que ofrezcan visiones e interpretaciones distintas del quehacer educacional; tésis que requieran, del postulante, mojarse el potito y asumir la responsabilidad social de pensar la educación desde una perspectiva de nación, no necesariamente pensando en una sala con 40 niños. Y si hubieran incentivos?… para publicar por ej.?

Pero será una batalla dura la que se deberá lidiar contra la comodidad, la falta de compromiso y la mediocridad que abraza no sólo a los alumnos de pedagogía –ellos no tienen la culpa-, sino que también a ciertos profesores que no promueven la divergencia ni la búsqueda de la verdad en sus alumnos, y que por el contrario lo desestimulan cuando muestran una actitud activa y comprometida con la educación. Si no pude evitar sonreír al recordar aquellas sabias palabras de un profe que le sugería a un alumno, interezado éste en cuestionar el sistema público educacional, dejar de lado sus convicciones diciéndole “Noooo!, para qué te vas a meter en ese tema, elige algo más simple; menos conflictivo, o vas a tener problemas. Tú sabís como son las cosas en este país” (…).

Es verdad que resulta más simple hacer una tésis referida a aspectos metodológicos. Y se me ocurren varios títulos largos: “La construcción de palos de agua y su incidencia en el aprendizaje de la música en niños con déficit atencional”; “El Picachu y el Mojojojo como elementos gatilladores del léxico disponible en niños disléxicos”; “Las dinámicas de grupos escout, en un contexto pedagógico con objeto de acercar niños rubios a los que en el futuro serán sus empleados”. Y así, podría seguir sugiriendo ideas a los que estén indecisos. El único problema es que el palo de agua no es un instrumento musical, es sólo una sonaja; esos monos animados sólo favorecen la producción de baba en los niños; y las dinámicas escout son soportadas por niños vestidos de huevón, dirigidos por un huevón vestido de niño -perdón por el exabrupto-.

Espero que hayan –no haigan- entendido la idea y, mejor aún, ya hayan reflexionado sobre esto. Aunque me da la impresión de que las últimas promociones traen algo más que altos puntajes de postulación, y que elevarán el nivel del profesor egresado de esta hermosa casa de estudios que, una vez más, abre sus puertas a nuevos estudiantes que vienen con el plus de haberse educado en democracia, lo que nos dice que no es casual que sean más comprometidos con su país.

Bienvenidos los alumnos que llegan a enriquecer la formación docente, buena suerte y éxito en sus proyectos.

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