sábado, 7 de febrero de 2009

DESAGRAVIO POR UNA PUBLICACIÓN DELEZNABLE (dic.2002)

Mil disculpas a los distinguidos docentes de esta facultad. Damas y caballeros. Estudiantes y estudiantas. En fin, a todos aquellos que se sintieron, de alguna manera, agredidos, o que vieron agraviada su protegida y diariamente defendida moral.

A todos aquellos que sintieron dañado, de una u otra forma, su enriquecido registro lingüístico, mil disculpas.

Me permito advertirles, aunque de forma absolutamente extemporánea, que mis escritos, a veces, suelen graficar o expresar emociones y vivencias propias de alguien que ha pululado, cual alma en pena, por diversas ramas de este añoso, y no menos frondoso árbol llamado universidad.
Que duda cabe de que me estoy refiriendo a una de las conversaciones de pasillo publicadas, impertinentemente, en un fichero.

Al participarles a ustedes de una conversación que debió ser confidencial, y que no vi dolo alguno al momento de publicarla, no podía suponer que el lenguaje usado por dos personajes que se suponen estudiantes, iba a llegar a ser considerado burdo por algunas eminencias de la lengua española, y que, sin mediar aviso, se pasean sin darnos la oportunidad de conocerlos en plenitud. Me imagino sus conversaciones. Cuán ricas en epítetos y adjetivos calificativos, así como en expresiones de jolgorio y cólera, serán aquellos coloquios entre tales diccionarios bípedos.

Quizás, pensando también en quienes siendo legos en temas lingüísticos rasgaron vestiduras, defendiendo el idiosincrático léxico del estudiante de pregrado, debí haber dejado constancia, previamente, de que no se trataba precisamente de una conversación entre dos monjas descalzas, ni de dos embajadores en una cumbre, ni de dos médicos en el quirófano. Aunque me imagino, con mucha suspicacia, sus expresiones cuando, por ejemplo, una de las monjas descalzas pisa una piedrecilla; o cuando un embajador no logra cumplir con su cometido; o cuando uno de los médicos, accidentalmente, se corta mientras pensaba en su suegra.

Sólo me queda pedirles disculpas por mi atrevimiento. Debí haber buscado otra instancia para publicar, u otro lugar para participarles algo. Quizás una micro, una pared o un baño; a lo mejor ni siquiera debí publicarlo.

Creo que el daño causado no tiene enmienda posible. Y, por lo tanto, debo pedir perdón. Perdón por escribir lo que sentía, y no hacerlo pensando en lo que cada uno de ustedes sentiría.

I. NO SE ME OCURRE NADA (OCT.2000)

¿Microcuento?, ¿minicuento?, ¿cuentocorto?. ¿Cómo puedo escribir algo que diga algo, que no sea poco y que sin embargo sea corto?. Sólo recuerdo algo que leí por accidente, de ese que se hace llamar Nicanor, algo que decía "mi discurso es malo, pero corto". Lo encontré genial, demasiado genial para que él la inventara. ¿Por qué no se me ocurrió a mí?. Sin embargo se le ocurrió a ése, ése que es un aparecido, porque no nació, ya que para nacer se deben unir dos personas, y él vive hablando de las personas que se separan, que se enfrentan, que se confrontan. Para nacer se deben unir los óvulos con los sémenes, y eso sólo se da por placer, y ése nació por fuerza, o forceps, porque la naturaleza lo forzó a nacer, o las editoriales lo necesitaban para poner su fea foto en las contratapas. No sé.
¿Por qué no se me ocurrió a mí algo tan genial?, ¿será porque no soy él? De ser así sería él quien me citara. No sé. Pero necesito escribir algo, y no puedo escribir nada. Por suerte necesito escribir un cuentito, y no una novela.
Sólo espero que el Nicanor no lea esto, que ningún chileno le valla con el cuento, ya que estoy usando palabras suyas sin pagar derecho de autor. Yo, que no puedo juntar dos frases. Claro, ¿qué hago con dos frases?. ¿Decirle a mi profe: No la hice, déme plazo?. Tengo que unir más frases, o me rajará igual; más frases para decirle por qué no hice mi tarea y que lo lograré si me da más tiempo.
Por qué no se me ocurre nada?.

II. SEMINARIO EN VACACIONES: lo que no se dijo (ago.2000)

Sucede que las carreras de la infancia tienen como asignatura constante en cada semestre, la mal llamada "Conferencias y Seminario", que consiste en asistir a 4 conferencias y un seminario, y que debiera llamarse algo como Formación Integral (u Holística) del Profesor como facilitador y motivador, y que en ella, entre otras cosas, se asista a diversas conferencias organizadas, tanto por los profesores como por los alumnos, y en la que se generen espacios de acción, "como un ámbito de ampliación de las capacidades de hacer en la reflexión sobre ese hacer como parte del vivir que se vive y se desea vivir" (Maturana R., Humberto; 1995), ya que es esa la finalidad de la asignatura. De otra manera, las asignaturas como Metodología de la Enseñanza de la Matemática, por ejemplo, se debería llamar "Estudio de Piaget y construcción de láminas y materiales didácticos diversos".

Ahora bien, lo que me motiva a dirigirme a quien esté aburrido mirando el desorden de estos ficheros, y que desee leer algo más que avisos de fechas pasadas, es compartir mi experiencia trascendental, cuasi mística, la de asistir a un seminario en vacaciones, el que debió hacerse durante el semestre y que por razones que desconozco no se hizo en el plazo esperado, convocándosenos a asistir en pleno periodo de vacaciones. Dentro de las cosas que me hicieron esperar con ansias aquel día, conspiraron para mi inquietud el no saber la hora ni el lugar de aquel evento, datos que se proporcionaron durante la semana previa al encuentro instruccional, semana en que, obviamente, la facultad es visitada por centenares de alumnos que no trepidan en ocultar sus ansias por retornar a clases.

Empero, lo que realmente me conmovía era el sugerente e intrigante título del seminario; algo jamás antes conocido; jamás antes transmitido en programa de televisión alguno; jamás antes discutido en sala alguna; "PREVENSION DEL CONSUMO DE DROGAS". Sin duda que una vez publicado el aviso del evento, por los pasillos se sentía un aire de regocijo, el que acusaban los brillantes ojos de quienes debían asistir.

Bueno, llegó el día “D”. Recuerdo que llovía de manera particularmente húmeda, donde cada gota se aseguraba de impregnar cada espacio de nuestros atavíos, haciéndonos llegar felizmente mojados a un auditorio que nos esperaba "abigorratado" de un público que, copando hasta las escalinatas, no dejaba de sorprenderse de las comodidades procuradas para tal evento. Era el Aula Nº 2 del plato, que sin duda no tenía las comodidades que ofrecía, a esa hora, el vacío Auditorio de Lenguas, pero que no mermó el apetito cultural de los estudiantes y la expectación por escuchar las tres ponencias organizadas por los profesores responsables. El "Foro-Panel", de acuerdo al programa, debía comenzar a las 11:00 hrs., extendiéndose por 20 minutos cada ponencia, hasta llegar a las 12:00 hrs., para dar paso a media hora en la que los alumnos podían participar con consultas y comentarios, para culminar con 10 minutos por cada panelista para responder y/o sintetizar. Así culminaría, a las 13.00 hrs., este peculiar seminario de dos horas que tanto trabajo dio a los organizadores, quienes, me imagino, dedicaron largas horas de comité creativo, afinando cada detalle para que resultase un magno evento, digno de llamarse un seminario para estudiantes de la Facultad de Educación, la misma que puso en marcha el Proyecto Integral de Formación Inicial de Profesores.

Bueno, como era de esperar, los programas se hicieron para ser modificados. Y por algún motivo, tal vez la visible comodidad de la audiencia, las ponencias se extendieron hasta las 12:50, quedando sólo 10 minutos para los comentarios y consultas. De esta forma quedaba de manifiesto el real grado de consideración hacia los estudiantes que tienen una gran parte de los docentes, relegándonos a un tiempo de participación del 4% del tiempo total (120 minutos).

Respecto del desarrollo del tema, y por razones obvias, no existieron mayores observaciones, echándose de menos un plenario en el que existiera la posibilidad de expresar algunas conclusiones. En ves de ello hubo un trabajo de talleres muy peculiar. Sin la presencia de los expositores, los alumnos debieron desarrollar una guía en grupos, donde debían llevar a la práctica habilidades y competencias que serían desarrolladas, según la malla curricular, desde el 3er año, en circunstancias que eran estudiantes de 1º y 2º año.

Y es entonces que me permito dar a conocer parte de lo que, por razones de tiempo, no se dijo en el plenario que nunca se realizó.

Si bien, los antecedentes que se vertieron en las tres ponencias no dejaban de ser interesantes, no constituían un material novedoso que permitiera plantearnos una perspectiva distinta a las que constantemente se muestran en los programas de televisión, que no son pocos, sobre las formas de prevenir el consumo de estupefacientes. De tal manera que no sorprende que no se mencionara alguna página web en la que se pudiera recabar información al respecto, acusando la escasa actualización y dedicación de quienes expusieron, pretendiendo ser los únicos capaces de dictar cátedra y las únicas fuentes de información posibles, presentándose como la panacea en temas valóricos, sin mencionar autor alguno que propusiera otros enfoques.

Sobre esto último fue que hice hincapié en mi breve exposición, dejando en la retina de los demás estudiantes palabras e ideas de Humberto Maturana R., quien por un infortunio lleva el mismo apellido de un docente de esta casa de estudios.

En la oportunidad propuse una forma alternativa, no excluyente de lo propuesto por los docentes, para abordar este grave problema social, y que se refiere a la educación y formación de una conducta social en el amor, como se plantea en el libro "Amor y Juego: fundamentos olvidados de los humano" (155.418 M437), y que, entre muchas otras cosas dice lo siguiente:

"El niño que no vive su infancia temprana en una relación de total confianza y aceptación en un encuentro corporal íntimo con su madre (sea este hombre o mujer a cargo de la crianza), no se desarrolla propiamente como un ser social bien integrado" (Verden-Zöller y Maturana).

Es decir, sólo en una relación entre padres e hijos en el amor, podrá forjarse una cultura del autorrespeto y respeto por el otro, entendiendo el amor desde la perspectiva de Maturana, como una conducta que constituye a otro como un legítimo otro en coexistencia con uno.

Al respecto, también, la psicóloga española Beatriz Moragues dice que "La Autoestima es la visión más profunda que cada cual tiene de sí mismo, es posiblemente la raíz de la mayor parte de los conflictos y problemas que sufre el ser humano. De tal manera que el concepto que vamos a tener de nosotros mismos a lo largo de la vida, se forja en la infancia, eso hace que sea sumamente importante que los niños reciban mensajes positivos sobre su persona y sobre la vida en general, sin necesidad de engañarles ni mentirles, porque lo que aprendan que "son" o "no son" va a facilitarles o a impedirles que se conviertan en adultos sanos, realizados y felices."

De esta manera he dejado en vuestras manos una reflexión más extensa de lo que yo mismo esperaba, y que no podía dejar de publicar, puesto que, de alguna manera, debe ser conocido el pensamiento de los alumnos que tengan algo que decir.

Sólo espero que los comentarios y/o críticas me las hagan llegar en forma personal o de otra manera, procurando no ensuciar mucho estas hojas.

He quedado en deuda con el análisis del seminario dirigido a los estudiantes de 3º y 4º año, para lo cual me encuentro recabando antecedentes, y que, como anticipo, les puedo contar que no fue muy distinto de lo antes relatado.

Me despido no sin antes transcribir una frase de Celedonio Castanedo, quien en la primera página de su libro "Terapia Gestalt: enfoque del aquí y del ahora" dice "Mucho he aprendido de mis profesores, también de mis colegas y más que de nadie de mis estudiantes."

III. ...DE DUDOSA CALIDAD (Un congreso muy especial) (sep.2000)

Fue un momento de gran jolgorio el que viví cuando bajaron a mí, claro que de una forma muy irregular, las resoluciones del congreso, no las del ’98, el nacional de estudiantes (porque esas nunca salieron), sino que el de mayo de este año. ¿Se acuerdan de ése que hasta el decano andaba invitando?. Claro, si lo organizaban los mismos que le toman la facu cada año. Había que “llevarles las de abajo”. Aunque me hubiese gustado que bajaran por conducto regular. Pero aquellos conductos funcionan en forma muy irregular, como aquellos conductos que constantemente se saturan en los baños de las mujeres (parece que hay algunas que aún no aprenden a usarlo).

Aquel documento, cuasi bíblico, cuasi un tratado de políticas educacionales; solo comparable a los primeros escritos llenos de entusiasmo adolescente del joven Miguel, de esos que provocaban la hilaridad de don Edgardo. Aquel documento que tiene hasta el aroma del ambiente donde fue malredactado, el que evoca esas tardes en la Tita, nos muestra con gran precisión verdades indiscutibles. Como lo dicen sus conclusiones, “la docencia de la facultad es de dudosa calidad”

La calidad de la formación de los profesores no es de lo mejor. Qué duda cabe.

Tienen mucha razón. Y creo que se quedaron cortos, casi se quedaron en aspectos domésticos, aprovechando de repetir cánticos que se vienen entonando desde los tiempos en que varios profes de aquí alegaban por la lata que les daban los que ahora son sus colegas, esos infaltables apernados que profitan de nuestra Alma Máter, la que debe comprar sus libros insulsos para guardarlos en biblioteca (hay uno que tiene como 20 ejemplares iguales, y no los lee nadie)...y se llenan la boca con su “publicación”. No son todos. Por suerte (lo digo para que no se me sienta mal un profesor que está leyendo esto).

Retomando, creo que se quedaron cortos los cabros, en muchas cosas. Pero en lo que sí se pasaron fue en llamarle “Congreso” a una reunión prepactada de vocerillos que no representaban a nadie, sino que a sus propios intereses; o a los de su partido, colectivo, agrupación, engranaje, o como quieran llamarlo. Me recordaban aquellas reuniones del Comité Comunal, donde cada célula iba con la máquina listita para aplastar al macuco que se había puesto amarillento.
Quizás si hubiesen regulado su constitución, con representantes reales por cada carrera (con una opinión acabada), habrían salido temas que sí son preocupantes, como el funcionamiento de los consejos de carrera y el de los comités de docencia (que son dos cosas muy distintas), y que es nuestro deber velar por su funcionamiento, su correcto funcionamiento, con representantes de los últimos semestres, y no con mechones o alumnos de segundo que son invitados por los jefes de carrera, lo que ocurre en algunas carreras (para que no se me sienta mal otra vez, profesor)

A lo mejor hubiesen sido considerados el tema del creditaje, el que no tienen claro la mayoría de los estudiantes, y que se refiere a “1 crédito = 1 hora” (Saquen cuentas chiquillos, y vayan a cobrar sus créditos adeudados en caja). Existe una carrera que tiene que hacer pasantías de 4 horas semanales, y le significan 0 créditos. ¡Qué bonito ¿no?!.

Ya lo ven, dos cabezas piensan más que una. Aunque a veces los árboles no dejan ver el bosque, como ese bosque de estantes dentro de los cuales se almacenan cual “X Files” los resultados de las evaluaciones hechas por los alumnos a los profesores, los mismos que no trepidan en publicar los resultados de sus alumnos aún cuando éstos le sugieran absoluta reserva (pa’ que no sepan las pololas, si es que les va mal). Hasta el momento no se sabe qué pasa cada año con quienes resultan mal evaluados, sólo se han visto cambios de instrumento, pero eso no basta. Empecemos por dar el ejemplo, y después hablamos de evaluación de pares, autoevaluación, evaluación psicométrica, edumétrica, etcétera, etcétera, etcétera, (usted sabe, profe).

Faltó el tema del Congelamiento de la planta docente en la Universidad, esa normativa que dificulta la renovación de una generación que es como el Bam-Bam (fueron grandes, pero hay que darle el paso a la gente nueva, esa con ganas de innovar), normativa que permite la existencia de profes como los que todos conocen, pero que no menciono para darme el gusto de seguirles escribiendo (...irreverente pero no huevón).

Es decir, faltaron los famosos “temas que le interesan a la gente”.

Concluyendo, fue un congreso “de dudosa calidad”, es decir, “...Emífero”.

IV. EL INFORME (oct.2000)

- Permiso, buenas tardes
- Estoy ocupado!
- Es que...
- Te digo que estoy ocupado!!
- Pero profesor, necesito...
- Pucha que eres porfiado, en este momento no te puedo atender, ven otro día.

- ¡ Puta la huevá !
- ¿Qué te pasa viejito?
- Nada, es que este viejo me las tiene hinchadas con su forma de atenderlo a uno.
- Pero no te dai cuenta de que es así con todos, es medio lunático.
- Mira, yo he conocido huevones lunáticos y estoy seguro de que éste es un caso que escapa a las normas de los trastornos de la personalidad.
- Te apuesto que llegaste, abriste la puerta y entraste nomás. Así te echa cagando hasta el Papa.
- No huevón, si eso ya lo había hecho antes, y me quedó clarito que no tenía que hacerlo. Ahora estaba abierta la puerta y habían dos alumnas más adentro, y no me dejó ni decirle lo que quería.
- Bueno, es que a veces van donde el profe a puro preguntar huevadas.
- Pero yo no iba a preguntarle nada, sólo le iba a pedir un papel de mierda.?
- ¿Un confor

- No huevón, el informe curricular que tenía que haberme entregado cuando inscribí las asignaturas, y eso fue hace dos semanas.
- Pero ese papel es muy duro, usa confor.
- Ya puh! Deja de huevearme, que esto no es pa’ la risa.
- Pero anda a pedirlo a secretaría académica puh!, pa' qué te hacís problemas.
- Si ya fui como tres veces y no me pescan. Dicen que lo tiene el profe y que él tiene que pasármelo.
- O sea que te tienen pa'l hueveo.
- Eso es lo que te estoy diciendo hace rato, y por eso es que ando urgío.
- Sí, te cacho, porque a mí también me ha pasado con ese profe, parece que es un problema de géneros.
- Sí puh! De mezclilla, de cotelé, o de cualquiera que sirva para hacer faldas.
- Onda discriminación sexual.
- Sure.
- ¿Pero pa’ qué te sirve el informe? Si al final uno ni lo pesca, total aprobando los ramos...
- Pa’ mostrárselo a mi polola.
- O sea que es con informe la cosa. Onda ¡Tráeme el informe primero!
- Córtala puh!, me refiero al informe. Quiere comprobar que aprobé todo. Cree que me dedico a puro huevear aquí.
- Y voz soi superman.
- ¿Cómo superman?
- ¡Super mangoneado! Si te anda controlando hasta las notas.
- No se trata de eso. Sólo se preocupa por mí.
- Pero nunca tanto como pa’ que le rindai cuentas.
- Nunca tanto. Pero desde que me eché la carrera anterior mi vieja empezó a huevearme con ella. Dice que no me deja estudiar.
- Pero si las viejas siempre sacan conclusiones mas cuáticas.
- Sí puh. Siempre te va mal por los amigos o por las minas, nunca es por razones de aptitud o psicológicas.
- Hay que entender también que esa generación ni conocía esa palabra.
- Claro, y este profe es de esa generación. Donde la psicología sólo la aprendieron para los certámenes.
- Claro, si se formaron en una sociedad donde los alumnos de la U eran niños. Cacha que entraban sin mayoría de edad y sin ser ciudadanos, o sea no eran más que pendejos.
- Sí, y los profes de la época los trataban como adultos.
- Las contradicciones de la vida. Ahora que entramos a la U con mayoría de edad y como ciudadanos, nos tratan como pendejos.
- Sí, y además cuando ellos eran niños iban a escuelas donde el profesor se llamaba “Tablazo en el Culo”.
- Hay que entenderlos también, tienen sus rollos los viejos.
- Pero qué culpa tengo yo. Además esta cuestión es bien simple: si te pagan, haz tu trabajo; si no te gusta tu trabajo, ándate pa’ la casa.
- Bueno vámonos a clase mejor, mira que si te la perdís te va a ir mal y no va a ser por problemas psicológicos.
- No puh, va a ser por culpa de este viejo, que ya me echó a perder el día otra vez. No vamos a ni una parte a huevear mejor.
- No, vamos pero donde la Tita, y me seguís contando tus penas.
- Ya no más, mira que así se aprende mejor de la vida, más que escuchando a estos viejos que nos traspasan su lata. Y pensar que vamos a andar igual nosostros….

V. LA EVALUACION (nov.2000)

HORROROSO! HORROROSO!
(Corría, exaltado, por los pasillos de la facultad. Con un papel blanco en la mano derecha; con la otra se agarraba la cabeza. Entraba a oficinas. Poseído por una extraña mezcla de ganas de gritar y reírse. Bajaba y subía las escaleras, murmurando, con un grito reprimido, HORROROSO! Con una cara de ¡Exijo una explicación!)

Qué le pasa profe?

Chis! Qué no me pasa! Mira cómo me evaluaron (con la hojita en la mano, e indicando, a golpes en la misma, el punto crítico)

Y esos de qué carrera eran?

Si eso no importa. Tomaron el instrumento para la chacota y me fregaron a mí. Ahora me voy a ver a la dirección de docencia si es que hay algún error. HORROROSO! (salió nuevamente, corriendo por los pasillos)

- Y a este otro, qué le pasa?
- No supiste?
- No puh, cuenta, que la escurría es gratis!
- El pobre, de un día para otro, pasó al equipo de los irresponsables de la U.
- Por qué?
- Porque salieron los resultados de la evaluación.
- No huevís que lo tiraron a partir?
- Exactamente. Hubo una carrera que lo calificó con nota 1 en el punto de asistencia a clases, y atención de alumnos.
- Pero eso tiene que haber sido por huevear. Tú sabís como son algunos cabros; como el profe se muestra buena onda en clases ...
- Sí puh, pero se trata de un proceso serio de evaluación.
- Qué serio ni que ocho cuartos! Si nadie pesca esas huevada; o vos hai evaluado objetivamente?
- Bueno ... no puh. Son tan falsos como las peleas de la WWF
- Cachai. Si han cambiado cada año de instrumento.
- La verdad es que los estudiantes no están ni ahí con las evaluaciones mulas.
- Si puh. Si sólo estuvieran validadas. O con un sistema que seleccionara las muestras, para evitar distorsiones.
- Ese es un problema aparte. Lo que me preocupa es que con esto se libran aquellos que pueden haber salido mal evaluados con razón.
- Claro, y se van a sacar el pillo con este caso. Si esos viejos siempre se salvan.
- Lo que tienen que hacer los macucos es diseñar un instrumento validado. Luego difundir en los alumnos la idea de la seriedad, para permitir resultados objetivos.
- Suena bonito huevón, pero te olvidai de algo.
- De qué?
- Precisamente de eso último, de los resultados. Qué hacer con ellos.
- Bueno ese tema se ha discutido mucho. Hace años que lo he escuchado en reuniones, y siempre se dice lo mismo, se defiende la privacidad de los profes.
- Pero cómo es posible que uno participe de un proceso de evaluación y no pueda conocer los resultados que se obtuvieron con su opinión?
- De la misma manera que son posibles un montón de irregularidades en la U, voz cachai puh.
- Sure. Así pasa cuando una empresa que comenzó como una familia, llena de parientes y amigos apitutados, mantiene estatutos que no se condicen con una empresa que cada vez más se parece a cualquier privada que ofrece servicios y productos.
- Linda la empresa privada. Se supone que el cliente siempre tiene la razón, y aquí los clientes nunca tienen la razón.
- Cachai que con el numerito de esos cabros, los profes justifican esa tesis.
- Claro. Ya me los imagino diciendo “estos cabros de mierda se dedican a puro huevear, y quieren participar del gobierno estudiantil”.
- Si tan sólo los alumnos supieran que deben asumir la responsabilidad de ser estudiante universitario; que no es como en el liceo; aquí podemos darnos a respetar.
- Pero explícale eso a los que llegan a puro firmar a la sala, o a los que no llegan nunca y después andan chuplicando cuando están NCR.
- Y ésos mismos son los que andan alegando por asistencia libre y cátedras paralelas.
- Sí puh, no sé pa’ qué si ni pescan las clases. Y huevean contra los consejos de carrera por que no los pescan en sus peticiones.
- Lo más terrible es que no tienen ni idea de qué se trata el consejo ni el comité de docencia.
- Se supone que es allí, en el consejo, donde se deben tratar problemas de profes vacunas.
- Sí puh, y este profe no era de esos, y hasta lo que yo sé, no había acusaciones previas contra él.
- Cachai que con este condoro el sistema se fue a las pailas.
- Hay que establecer ciertas características de las muestras. No puede evaluar cualquier huevón.
- Sí puh, por ejemplo restringirlo a los alumnos de mayor asistencia, y excluir a los que presentan rendimientos bajos extremos, voz cachai.
- Es posible, pero creo que lo principal es que los estudiantes se pongan las pilas y se comporten como lo que tanto defienden, como adultos.
- Tú lo has dicho. Y, cambiando de tema, viste la ultima pelea de La Roca?
- Sí. Cómo pega ese h....

VI. OLA HI, OLA HO, DE PASEO VAMOS YA!: Visita a Copiulemu (nov.2000)

Sin duda que entre las actividades que uno desarrolla durante la carrera, una de las más gratificantes y significativas son las salidas a terreno. Estas experiencias aportan información importante para reafirmar o comparar con los datos entregados en el aula. Y es así, como el último día de octubre una promoción completa debió asistir a una salida a terreno. Durante ella se produjeron ciertos fenómenos dignos de analizar. Por esto, y sin ninguna intención, más que la de recordar algo que, lamentablemente para unos y por suerte para otros, no volverán a vivir; analizaré algunos pasajes de aquella odisea inolvidable.

Todo comenzó con un aviso en las clases anteriores del día y la hora de la salida. Para una sección la hora de partida del bus era a las 8:00. Esta fue la menos sonriente al llegar a la facultad y darse cuenta de que la salida estaba establecida (según un letrero que nadie vio) a las 8:30. No faltó el que preguntó ¿Y qué hago en media hora para no aburrirme?. Para su interrogante no faltaron las respuestas y propuestas, aunque ninguna le satisfizo. Otro reclamaba, entre bostezos, por los 30 minutos de sueño que le habían robado. Todo el desface fue por la "típica y comprobada impuntualidad del chileno", ya que si el bus saliera a la hora que se establece la llegada, la mitad de los alumnos se quedan abajo. Aunque no faltaron las "novias" que llegaron alegres y con toda calma a las 8:40, cuando el bus ya se iba.

Ya en el bus, no faltaba quien preguntara ¿cuánto demora el viaje? ¿A qué hora llegaremos? A lo que muchos especulaban diciendo En una hora, hora y media llegamos. La verdad es que nadie sabía que bastaba media hora de viaje para adentrarse en la rural localidad de Copiulemu, perteneciente a la comuna de Florida, yendo por el camino a Cabrero (para los que no saben).

A decir verdad, el jardín infantil era muy bonito. Con sólo una sala grande, en la que se podían apreciar varios "rincones", y con un patio impresionante por lo amplio y generoso en espacios para los juegos de los niños, le avisaba al visitante, una vez que estaba dentro de él, que estaba en pleno campo, ya que su folclórico nombre le decía a los niños quién los recibía cada día, el Jardín Infantil Manderschied, ...o ¿Springfield?...; bueno, para los niños era bastante familiar, como todas las palabras que ellos usan.

Como se dijo en clases, y según constaba en la guía, el objetivo de la visita era desarrollar la pauta de observación que la señora Sylvia elaboró con mucho trabajo para ser aplicada al momento de evaluar el espacio y su administración en el jardín infantil. Claro que faltó haber definido los indicadores con los cuales aplicar la pauta, ya que muchos no sabían cómo registrar si existía lo que decía en la pauta. Por ejemplo: "Se Observa", "A Medias", "No se Observa". Sobre el comentario final, que se exigía, obviamente, al final de la guía, no es necesario hacer un comentario.

La observación completa, incluidos el café y el pan amasado (que acusó a muchos que salieron sin desayuno), no duró más allá de las 10:45. A partir de entonces los alumnos quedaron a merced de los docentes guías, quienes no trepidaban en expresar su entusiasmo y admiración por la localidad, entusiasmo con el que se contagiaron muchas alumnas, que inclusive no mostraban interés alguno en regresar. Así nos vimos, cual reces en manada, caminando a una exposición de artesanías, en un lugar aledaño al jardín infantil Springfield. Y nos dieron las diez y las once... Ya era hora, de acuerdo con los rostros de quienes debieron observar con mucho cuidado los cacharritos de greda de Lo Ulloa y las coloridas obras de las bordadoras de Copiulemu. Esos rostros que preguntaban en silencio ¿Y a qué hora nos vamos? No faltó la Yuma que decía "¡Me quiero ir pa' mi casa!".

Pero las sorpresas no terminaban, las organizadoras, aunque fuera de programa (como la visita al "museo"), nos invitaban con renovado entusiasmo a visitar la iglesia del pueblo, una edificación típica de la zona, en la que no faltó la alumna que al parecer recibió el espíritu santo, y pensaba seriamente quedarse como misionera, lo que no se cansó de manifestarle a las agotadas profesoras que debieron escucharla durante todo el trayecto de regreso.

Sobre esto último, es imposible dejar de recordar las enseñanzas de los docentes, en currículum (ahora didáctica), que dicen que a la hora de planificar una actividad (como por ejemplo una salida a terreno), se deben considerar, a parte de los objetivos del profesor, los objetivos de los alumnos. Acaso no es en la praxis de los docentes en formación, en que se deben aplicar las teorías?.

Sólo queda una duda. ¿Hasta qué hora tienen clases los niños del jardín Meinelied? Aunque su presencia resultaba absolutamente prescindible para los propósitos de la visita, que eran verificar si se daban las condiciones óptimas de espacio, según la pauta de la señora pariente del rector.

De acuerdo a lo último, y considerando que el viaje no demoraba más de 30 minutos de ida (y de vuelta demoraba lo mismo), sería lamentable descubrir, entonces, que la visita podría haberse efectuado, perfectamente, durante las horas correspondientes a Taller IV, es decir, el mismo día pero a las 15:00 hrs. De tal manera que no se perdieran hasta dos clases, sin necesidad alguna.

Por suerte, y gracias a la inteligente decisión de una de las docentes a cargo, el regreso se adelantó media hora, suficiente para alcanzar una tercera clase que algunos pudieron haberse perdido.

Por último, y a pesar de todo, el jardín Manchester era casi ideal. El "casi" es porque quedaba más allá de Chuchunco City. Es como para ir a hacer las pasantías allá (o nó, María Pía?.
Como habrán visto, el paseo estuvo ...parejito.

VII. OLOR A CENSURA (dic.2000)

Antes de comenzar con lo referente al título que está arriba, debo pedirles disculpas una vez más, ya que reincidí en un ilícito imperdonable. Exponer conversaciones de pasillo, protagonizadas secretamente por dos alumnos, no debió haberse convertido en un mal hábito de un pseudo escritor que, al carecer de leit motiv, se aprovechó de la liviandad de sus protagonistas para conversar sin reparar en los agudos oídos de este.

No creo que sean muchos los lectores que se atreven a perder el tiempo, parados frente a este fichero, para leer estas hojas. Aunque me agradaría que fueran muchos más que los compañeros a los que insisto en que los lean. Por eso es que no digo PERDON A LOS ALUMNOS DE ESTA FACULTAD!, y en cambio digo PERDON A LOS ALUMNOS QUE TUVIERON LA GENTILEZA DE INTERESARSE POR ESTAS HOJAS!.

Debo pedirles perdón por haber atentado contra sus ojos. Ya que bastante tienen con todo lo que tienen que “no ver”, aunque sea evidente; bastante dañados están ya, obligándolos a enceguecerse frente a diversas cuestiones que afectan al alumnado y que no figuran como ítemes a sondear en los instrumentos de evaluación.

Vuestros nobles y ansiosos ojos, no deben ser mancillados con términos soeces publicados sin objetivo alguno. Sino más bien deben ser curados y limpiados de tanto polvo, ese polvo de tiza antigua que llenaba, y llena, los pizarrones de frases y preceptos que demuestran la sagrada sabiduría de quienes tienen en sus manos nuestros destinos como profesores, y nuestras calificaciones como alumnos. Esas calificaciones que están determinadas, en muchos casos, por la sumisión y pasividad que demuestren los auditores frente a los axiomas que les exponen.

Pero lo que me ocupa en esta misiva al viento es lo del título, que se me vino a la mente al analizar las reiteradas desapariciones de la última publicación.

La verdad es que cuando me decidí a publicar lo que encontré en mis disquetes, asumí que podían estar afectos a rayados, críticas, y hurtos nobles de quienes no podían fotocopiarlas. Así, asumí con humildad las correcciones que se hicieron a algunos errores ortográficos, los que desde luego agradezco. También

escuché los comentarios que me hicieron mis más cercanos compañeros, y que generalmente fueron favorables. A pesar de todo las publicaciones siempre permanecieron, por lo menos, un par de días en el fichero.

Sin embargo, la última publicación, quizás una de las pocas en que las críticas iban destinadas a la los estudiantes, fue objeto de una reiterada desaparición, digna del Mago Oli, ya que siempre volvía a aparecer (hasta que se me acabaron las copias). Es así que las hojas no duraban una tarde en el fichero, cosa inusual para una publicación (puesto que quedaba el espacio, lo que prueba que no era para poner otra).

Es posible pensar en la palabra CENSURA, pero sería grave pensar, entonces, en que existen entidades protectoras que suelen, en el anonimato, privar a los estudiantes de la lectura libre. Sin duda que el lenguaje soez utilizado en las “Conversaciones de Pasillo” no le agradó a algunos, ya que se convertía en un elemento distorsionador del léxico que recién comienzan a desarrollar los estudiantes. Pero no creo que justifique la actitud cuasi inquisidora de quien se arroga la potestad para privar al resto de distorsionarse. Me viene a la memoria el nombre de la Rosa, no quiero decir que la Rosa sea cartucha, me refiero a la película (espero que la hayan visto, para evitarme contarla).

Ya lo he dicho antes, nos tratan como niños, y no digo “pendejos” para que no venga de nuevo el o la susodicha a las andadas. Nos hablan de desarrollar nuestra creatividad, el pensamiento divergente y un montón de “leseras” que no se aplican en las salas, y que peor aún, son conductas castigadas severamente al tildar al librepensador de conflictivo o, simplemente, de no tener los cursos ni postítulos del docente que está al frente.

La verdad es que pensé en castigar a los protagonistas de las conversaciones, haciéndolos desaparecer del teclado, pero serían capaces de sacarme la “ñoña” si les tapo la boca. Así es que optaré, para la próxima, por colocar una advertencia que diga “Prohibida la lectura a quienes estén aprendiendo a hablar”.

Y, por si acaso, si quiere una hoja pídamela a mi E-mail, no “lesee” con las hojitas!.

VIII. NO ESTABA MUERTO, NI ANDABA DE PARRANDA (ago.2001)

Algunos dirán: ‘kamikaze’, ‘en la pata de los caballos’, ‘buscando la quinta pata al gato’, y muchos otros calificativos y dichos; a los que respondo con otro dicho: ‘quien nace chicharra...’ o con la canción (so pena de sonar raro) "Yoooo soy rebelde porque el mundo me hizo asííí…”, en fin. ‘Any way, I’m here again’ o, en español, ‘Sea como sea, estoy de regreso’ o, pa' la rotá, ‘A las finales... chigual no máh’.

Pero, antes que todo (no ‘que nada’), quiero dar una cordial bienvenida a los alumnos que se incorporaron a las “Carreras de la Infamia... (perdón) Infancia”, especialmente a los de Educación Básica, saludo un poco extemporáneo, pero... qué no es extemporáneo en esta facultad?, y no me refiero a las personas, claro está, sino a los documentos con los que se trabaja en algunas asignaturas -dije ‘algunas’ profe-, saludo que se entrega justo al comenzar un nuevo periodo. Después de un semestre agotador para muchos o bastante relajado para otros -cómo le va Sr. Yo-Yo?- y finalizando agosto, un mes en que muchos pasaron ‘jabonados’, me refiero a los que pasaron los repetes (hay muchos profes sensibles), comenzando una nueva etapa, he decidido reiniciar las publicaciones de esta serie de ‘ensayos’ -algunos dirán que son puras huevadas no más!- que sólo pretenden, como quedó claro en el primer número “Seminario en Vacaciones” de agosto de 2000, claro está, entretener a quienes echen un vistazo a este ‘informativo’ mural.

Tengan todos y cada uno de ustedes muy buenos y grandes días! En esta serie, con un nuevo formato, como es característico viene tan ácida como la anterior, incisiva, irreverente, audaz, e intentando describir, siempre, el acontecer y las menudencias que se viven en este templo, alma mater de cientos de profesores que están dando lo mejor de sí para la educación de miles de niños en este país -aunque andan varios mandándose puras cagadas no más-. Y, como se darán cuenta, el lenguaje es el estándar chileno, sin más ni menos, considerando que está dirigido a alumnos universitarios y, por supuesto, a docentes -todos mayores de edad (bastante mayores, algunos, diría yo)- de una universidad que no pertenece a los curitas ni a las monjitas, por suerte!; por lo tanto no se asusten si leen algún garabato -no grosería- como tampoco si detectan algún error ortográfico -la rotá dice ‘falta de ortografía’- es decir, no se hagan los huevones, que para eso tienen bastante dentro de las salas de clase (se dan cuenta que al decir ‘tontos’ no da risa?, porque esa es la idea, sacar una sonrisa y además hacer pensar).

En estas ‘escrituras’ encontrarán personajes y términos, como el “Sr. Yo-Yó”, un docente ‘atípico’, si bien no es andrógino puede ser hombre o mujer, deambulando por los pasillos y aulas sin dejar enseñanza alguna más que la que puedan sacar sus estudiantes de sus malos ejemplos metodológicos. El Sr. Yo-Yo entra en el aula, relajado, con un plumón que ya no marca, y con suerte con una transparencia en la carpeta, la que lleva, también con suerte, a la clase, esa transparencia merece este punto seguido, porque es muy especial. Generalmente está hecha a mano, con palabritas caídas, abreviaturas, letras, o mejor dicho, caracteres que no se distinguen; un tamaño de letra que obliga a realizar una serie de malabares físicos y faciales para leerlas, es decir, todo aquello que nuestros profesores critican en las ponencias de los alumnos -la rotá dice ‘disertación’- (bueno, no todos evalúan la forma de la ponencia, aunque deberían hacerlo) esa transparencia es una falta de respeto al auditorio, sea de pre o post-grado, aunque el Sr. Yo-Yo hace la diferencia, capacidad de discriminación que no demuestra al repetir durante tres clases consecutivas la misma transparencia. Fin del punto seguido.

“La rotá”, ése es otro término que he elegido para referirme al roto y chileno, que no es lo mismo que decir ‘Roto Chileno’, puesto que éste último nos dio la gloria en Yungay y aseguró el triunfo de la guerra de 1836 (esa contra la Confederación Perú-Boliviana… esa que una profesora, en una escuela, confundía con la del Pacífico), en cambio el primero es aquél, también hombre o mujer, que no aprendió a hablar antes de entrar a la U, ni ha logrado aprender en su ahumada estadía en ella; o aquél que se roba el jabón o el papel higiénico -él dice ‘confor’- del baño. También está el que raya las paredes mientras está sentado en la taza (se supone que mientras hace caca... piensa, lo que nos lleva a deducir que cada vez que piensa... deja la cagada; lo terrible de esto es que son los que más dicen lo que “piensan” en las asambleas, como en las que se deciden las ‘tomas’). La rotá es toda esa gente a la que no le gusta leer ‘por que da sueño’; los que dicen ‘la calor’, ‘vaiga’, ‘nadien’, ‘gánate allí’, en fin, aquél que es un solecismo bípedo. No sigo, para dejar tranquilos a muchos.

Sobre las ‘Carreras de la Infamia’, mencionadas más arriba, debo decir que es un curioso chiste que alude al antónimo de características propias de un profe. En el diccionario aparece ‘infamia’ como antónimo de ‘bondad’, ojalá lo verifiquen, entiendo que es la pega del estudiante; como lo es indagar en todo asunto que tenga relación con la pega del profe, y no me refiero a espiar a los docentes de la facultad, desde luego que no, sino al rol que debe jugar un alumno de pedagogía. Para ello he escogido unas líneas de no se dónde, pero que aparecieron en mi computador, y que me parece pertinente compartirlas con ustedes, eso sí, se refería a estudiantes de psicología, pero que bien puede cambiarse la especialidad -lo que hice- y el mensaje no cambia su sentido. El texto, especialmente dedicado a los alumnos de primer año, porque los que están terminando ya cagaron, y como dijo don Francisco, la pregunta dice así:

¿Por qué la Pedagogía “necesita estudiantes críticos y no discípulos ciegos” ?

- La pedagogía necesita estudiantes críticos, que den a conocer su opinión ya sea en forma negativa o positiva, discutir acerca del tema a tratar, dando a conocer otros puntos de vista, proponer y aportar a la pedagogía nuevas ideas, las cuales utilizarán para ampliar su campo de estudio.
- En contraposición de lo anterior se encuentran los estudiantes ciegos, que no aportan nada, porque sólo aceptan lo que les dice alguien supuestamente más sabio, por ejemplo un docente, como una verdad absoluta, aunque su pensamiento difiera de lo que el profesor esté diciendo.

Buena suerte a todos, ‘que los vaiga bien’, y si las ovejas de Escribá de Balaguer, los hijos de Khomeini, y la censura lo permiten, podrán leer el próximo número, que se titula: “Amores de Mercado, el submundo de los caradura”. Y, porsiaca, está disponible mi meil para cualquier sugerencia, reclamo o para pedir copias de los números anteriores (que siguen vigentes).

IX. AMORES DE MERCADO: El submundo de los caradura (sep.2001)

Y quién lee tus ensayos? –me preguntaba alguien (que obviamente lo había leído)- a lo que le respondí que no podía responderle, de hecho es imposible saber exactamente quién leerá o recibirá el mensaje, aunque sí se puede estimar los posibles destinatarios y la intención o propósito con el que uno hace, dice o escribe algo. De hecho, Segismundo Freud hablaba de actos fallidos. Todo corresponde al tema de la comunicación y del lenguaje, como el caso de un simpático letrero que se encuentra al ingresar al campus universitario. Me explico.

Pasando por Lenguas, antes de llegar a Derecho, es posible ver un aviso oficial enterrado en el pasto. El letrero dice así: “Por disposición del Ministerio de Salud no se permite la circulación de perros sueltos en el interior del barrio universitario” (...). Es verdad, el ministro de salud, y bajo la aprobación del Rector de esta casa de estudios, ha iniciado una campaña quijotesca de erradicación de todos los perros vagabundos que merodean por la U; de hecho, el letrero está claramente dirigido a ellos, los perros, aunque se entiende que sólo a quienes hayan sido previamente alfabetizados. El análisis posterior corresponde a ustedes.

Ya, está bien, pero... qué ganas con escribirlos? -insistió aquél que asentía con la cabeza mientras leía, y luego de cagarse de la risa- La respuesta, ahora, no es simple. Además, por qué todo debe hacerse con una intención?, para ganar algo?, y... qué es ese algo que se gana?, sólo plata? -obviamente este negocito no me sale muy rentable, ni siquiera se acerca un profe a regalarme hojitas- Lo cierto es que cada local de este mercado ofrece un producto, a precios atractivos, y lo marketea para asegurar su compra. Por mi parte, trabajo a pérdida, toda vez que mi intención es hacer reflexionar, y eso no está muy cotizado en estos tiempos.

Y a propósito de intencionalidad, y aludiendo al título, hace muy poco se comenzó a vivir un fenómeno cuasi novelesco, considerando el objetivo que tienen las telecebollas (sensibilizar con base en situaciones improbables, cuasi un absurdo, con la intención de cautivar a consumidores de huevadas que parecen útiles, por las que pagan sin pensar en la pomadita que le vendieron (como la huira-sacha, que cura desde un ojo de gallo hasta el veiache); si hasta aseguran teorías por que ‘lo dijeron en la tele’) -salió largo el ‘paréntice’- un fenómeno que todo el mundo comenta -como diría un diputado derechista, que no cacha que sólo le cree el 40% de ese mundo (..hay hartos huevones), puesto que se rumorea que se está haciendo frente a la crisis económica mediante novedosas –o a lo mejor no tan novedosas- estrategias de marketing. Si hasta se oyen los gritos de los oferentes ¡Sacar a cien! ¡Llegar y llevar! ¡Sacar a cien! y se oyen en el tercer piso, al fondo a la izquierda, el local es el N°316. Debe ser la crisis que ha sensibilizado a los dueños del mercado local, y han comenzado a ser generosos –algo parecido al caso de Barrio Patronato: ¡Apoye lo nuestro! ¡Lo nuestro es bueno!- y los más contentos son los clientes, que salen con una sonrisa de oreja a oreja, con su ganga en el bolsito. Todos lo comentan ¡Están rematando! ¡Sacar a cien!.

La verdad es que si nos sumergimos en el océano de las suspicacias podríamos llegar a conocer cosas sorprendentes, así es que lo mejor es llevar un tanque de oxígeno para no ahogarse por la sorpresa. Comencemos por mencionar las variables que inciden en este fenómeno, el análisis queda para cada lector: idiosincrasia, benevolencia (‘le pusieron empeño’, ‘son detalles’), falta de compromiso, falta de seriedad, desinterés, subestima del sujeto, poca exigencia, mediocridad, mercantilismo, etcétera. Lo cierto es que por algún motivo se ha comenzado a comentar, con inquietud, la facilidad con la que se obtiene una “Distinción Máxima” en un examen de grado.

Yo, por mi parte, prefiero pensar “positivo” y aceptar que los alumnos egresados de la facultad tuvieron un excelente desempeño en el desarrollo y defensa de su tesis; que realmente su trabajo significó un aporte a la educación chilena, un ‘hito’ -no faltan los profes que se emocionan- en nuestra pequeña historia pedagógica; que tanto el documento como la defensa misma no presentaron baches de ningún tipo, que era ‘sólido’, ‘redondito’, ‘acotado’; sin errores de redacción, ortografía, ni problemas de dicción; y, por último, que la performance estuvo a la altura de tan trascendental ceremonia académica.

Obviamente no faltarán los pesados de siempre, los criticones que todo lo encuentran mal; ésos que pretenden que la pedagogía se viva en la universidad, en la praxis, esa palabrita que le suena tan lindo al Sr. Yo-Yo, y que quieren que los docentes los traten como adultos, que los escuchen con respeto, que acepten sus opiniones sin que el catedrático haga notar sus títulos y más títulos. Prefiero no escucharlos.

No quiero ni imaginarme qué pasaría con mis expectativas como alumno de pregrado, y futuro tesista, si fuera cierto que la idea es mantener un nivel de exigencia bajo para no ahuyentar a los alumnos “colaboradores” (así los llama un profe, con justa razón), o pretender mostrar que los alumnos egresados son de lo mejor (‘¡Prefiera lo nuestro!’) y que es una buena forma de hacer marketing (y el desempeño posterior?... no se relaciona con la U de donde proviene?). Esta sería la respuesta al por qué los profesores dejan que los alumnos se manden tantas cagadas en cada ponencia, dejando pasar solecismos, modismos informales, transparencias impresentables, incongruencias y otros ‘detalles’; ni hablar de los trabajos de ‘investigación’. Pero me resisto a aceptarlo! No puede ser ésa la intencionalidad que se oculta detrás de este hecho.

Sabido es –supongo- que todo alumno de pregrado aspira a obtener una ‘Distinción Máxima’ en su tesis, gracias al esfuerzo en proponer algo realmente profundo, que sea un verdadero aporte a la filosofía de la educación y dispuesto, incluso, a asumir los riesgos que su apuesta implique, considerando que existen temas que son ‘vedados’ para un alumno; como lo reflejan las reacciones de docentes que frente a una propuesta de tesis que aborde aspectos políticos o ideológicos se espantan por las implicancias, ‘posibles puertas cerradas’, ‘poderes fácticos’, etc., y sugieren temas ‘más simples’, ‘para no meterse en problemas’.

Es de esperar que en la etapa final –y durante todo el proceso de formación- del alumno de pregrado se pueda ver materializada la frasecita aquella que todos cantan “Por el desarrollo libre del...la la la”, aunque esa frase es seguida por una orden cuasi militar “Arriba, de pié!”, lo que se puede leer como que el espíritu no se puede desarrollar de otra forma, ni sentado, ni acostado –interesante no?- sino que sólo parado; yo prefiero leerlo de otra manera, y pensar que se refiere a “la actitud”, el libre desarrollo del espíritu debe enfrentarse con una disposición enérgica, sin letargo, sin pasivismo, con fuerza, y con la frente en alto, mirando a los ojos –no a la retroproyectora-, de pié!, mirando al frente, al futuro, y firme! para evitar caídas, sólo para evitar que sean muchas, porque nuestra especie se caracteriza por sacarse la cresta a menudo, a equivocarse –el Sr. Yo-Yo pertenece a la misma especie?- con la capacidad de corregirse y, a la larga, de evolucionar.

X. EL TAL IVAN (SEP.2001)

Cachaste la media cagadita?
Y voz creís que con todo el color que le han puesto alguien no va a cachar?
Pero si se fueron al chancho con las gemelas.
Claro, y con el cuadrado.
Qué cuadrado?
El corazón de la defenza de los yankis, que le volaron un lado.
Eso debe haber sido lo que molestó más a los gringos.
Cómo no se iba a enojar el dueño de la pelota?
Ahora todos los países están de su lado. Sobre todo los pobres.
Bueno, esos siempre debieron ser amigos del dueño de la pelota, o no jugaban.
Pero la lucha contra el terrorismo debe ser un compromiso de todos.
Si, y sin querer queriendo el dueño de la pelota se transforma en el dueño de la cancha.
Y acaso no estai de acuerdo?
Pero eso de estar de acuerdo es muy ambiguo, ¿de acuerdo con quién?
Con los que combaten el terrorismo poh!
Pero si eso lo impuso el dueño de la pelota. Imagínatelo, con la trompita estirada y con la pelota bajo el brazo, apuntando al que le pegó, echándolo de la pichanga y preguntando quién lo apoya. Mientras los que lo apoyan se tragan su alegría por el combo en el hocico que recibió el chupete de fierro.
Pero cómo no te vai a conmover con tanta gente que murió por culpa de unos locos.
Tú lo has dicho, mucha gente murió. Pero, ¿y todos los que han muerto por culpa del dueño de la pelota?
Pero estamos hablando de acciones de locos aislados que creen tener la razón.
Claro, generalmente el pobre es ‘loco’, mientras que el rico es excéntrico. Así como el pobre ‘roba’, y el rico es ‘cleptómano’; y el adolescente pobre ‘vaga’ al salir del liceo, y el joven rico ‘se toma un año sabático’. Siempre el pobre es el que está mal, es el que no sabe, y el rico tiene la razón.
Vale, pero no puedes justificar lo que hicieron los talibanes.
No lo justifico, pero si a las gemelas se las piteó un ‘tal Iván’ o un tal Bam-Bam me da lo mismo, lo que me preocupa es que todos opinan y hasta lloran por los pobres yanquis.
Te estai acordando de la canción de los prisioneros?
Sure, si era como profética, o no te acordai cuánto chileno huevón lloró por la ‘leididí’?
Sí, somos el inocente pueblo de Latinoamérica, pero no estamos hablando de un accidente.
Claro que no fue un accidente, como tampoco lo fueron las bombas atómicas en Japón, ya nadie recuerda que fueron unos locos, sentaditos en el ‘cuadrado’, que decidieron ‘experimentar’ con conejillos humanos. Nadie les dijo nada, y ésa sí que fue la media cagadita.
Por lo que sé, los terroristas islámicos han matado mucha gente por una cuestión de ‘fe’. ¿No lo encontrai despiadado?
Claro que sí. Pero igual te olvidai de que por una cuestión de ‘fe’ la iglesia católica mató a cuanto huevón ‘infiel’ pillaba, fueron miles, y durante siglos, inclúyele los aborígenes precolombinos.
Pero esos eran otros tiempos, donde las ideas se imponían por la fuerza.
Ni tan otros tiempos poh huevón, o te olvidai de que hace una década y media no más los milicos sudamericanos, al mando del capitán general, mataron su cuota de personas por una ‘idea’, porque no estaban de acuerdo con lo que decía el dueño de la pelota...
Chucha! volvimos a lo mismo.
Y ni hablar de Belfast, donde se andan apedreando entre canutos y pechoños.
Bueno, el tema es otro, qué hacemos acá en Chile?
Esperar no más, que se maten entre los huevones, que gasten harta armamento, para que ganen plata las fábricas de pistolas, y cuando terminen volveremos a la normalidad, hasta que el stock de pistolas de nuevo sature las bodegas de esas fábricas.
Y las repercusiones económicas?
Eso sí que me preocupa, porque ahí es donde nosotros cagamos.
Yo lo siento por el pobre Lagos, está saliendo de una y aparece otra, ha tenido mala cueva.
Ni tanta, porque de no ocurrir lo de las torres los poderes fácticos se habrían encargado, como lo están haciendo, de que estemos cagados económicamente. Por lo menos ahora el gobierno se puede sacar el pillo.
Y qué hacemos en la escuela? Cachai que andan todos a poto pelado, sin cachar nada del islam?
Lo que siempre debe hacer un profe, y esto nos toca a nosotros también, capacitarse y estudiar.
Pero si se capacitan, y nosotros estudiamos los subsectores.
Ah, sí, me estai hablando de la Reforma y los Planes y Programas?
Claro, allí se enfatiza en conceptos como ‘globalización’, ‘conciencia crítica’, ‘pluralismo’, etcétera.
Sí huevón, y también enfatiza en la importancia de que el niño ame a dios, de que tenga fe, de los valores, la moral, etcétera.
Pero si eso está bien, somos un país mayoritariamente católico.
Hasta por ahí no más, o me vai a decir que todos esos que dicen ser católicos son observantes?
No sé, creo que no van todos a misa ni comen pancito.
Cachai?, a la gente no le han dicho que no es imprescindible pertenecer a una iglesia. Entonces no está bien que se exija a los niños tener fe, porque excluye a los que no piensan igual que el ministro de educación, que generalmente es pechoño.
Y los valores?, no me vai a decir que tampoco los pescai.
Pero aclárame qué valores, porque si me citai los que dictan los curas y los pastores estamos en las mismas. Yo creo que los valores evolucionan con el ser humano que los vive, y no estamos ni cerca de los tiempos del profeta, y no me refiero al de Peñalolén.
Y de qué vamos a hablar en la sala? En qué dios basamos la enseñanza de los valores?
En todos, los que pasaron de moda y los que aún existen; en lo que piensan los que creen y los que no creen en un dios; o sea, desde un punto de vista ‘pluralista’, ‘divergente’, ‘global’, ‘democrático’, todo esas palabritas que aparecen en los planes y programas.
Pero así quedaría la cagada en la sala, todos tendrían derecho a pensar distinto a mí.
Y no era eso precisamente lo que te preocupaba tanto, la media cagadita que hay en el mundo, porque a los talibanes se les ocurrió que todos debemos ser islámicos.
No! Yo te empecé a hablar de las gemelas, y vos me saliste con una huevada nada que ver!
Ya, igual. Ahora tengo que estudiar el NB6, que viene igual de contradictorio que los anteriores. Nos vemos... si alah, yavé, diosito, Ricardo Claro, o Bush quiere!

Así sea, broder!

XI. TESIS, TESINA O SEMINARIO? (mar.2002)

That’s the problem!, aunque para algunos no lo representa el tema, sino más bien el no poder distinguir diferencias entre uno de aquellos conceptos. Y la verdad es que ni yo puedo escribir una definición sin arriesgar observaciones y rectificaciones de los eruditos. But... you know, las rectificaciones han causado poca mella en mi afán de meterme entre las extremidades de los equinos, y por ello me atrevo a definir, por el bien de los lectores, esas palabritas que tanto se usan y que tanto se desconocen.

La tesis corresponde a una investigación, sea empírica o conceptual, desarrollada por uno o más sujetos para optar a un grado académico. En el caso de esta facultad, la de educación, permite postular, de ser aprobada, al grado de Licenciado en Educación, o sea, no es cualquier grado –me entiende profe?, usted que se sienta con mucha frescura en la silla de examinador sin más que haber hojeado la tesis del postulante-.

El Seminario, por otro lado –aunque va por el mismo- es un trabajo grupal, ya que es imposible un seminario unipersonal; es también una investigación, pero se hace con los aportes y reflexiones de un grupo de personas abocadas a un tema en particular por un periodo determinado, donde todos postulan, también, al mismo grado académico (licenciado), aunque se llame ‘seminario de título’.

Y ahora, la famosa. La nunca bien ponderada, aunque jamás reprobada, y mucho menos tomada en serio, digo por parte de las comesones examinadoras -por parte de ellas-. La Tesina no es nada más ni nada menos que la misma Tesis, pero con nombre distinto. Para qué le pusieron así?, no sé. Pero con un nombre tan feo lo único que se logró era reducir el grado a ‘Licenciadino’. Serían los mismos que pretendían que se reemplazara por un Portafolio? Any way, aquella investigacionina pasó de moda, y en buena hora!

Lo importante es que hoy se desarrolla una Tesis o un Seminario, como corresponde a un alumno de la Universidad de Concepción, y la duración queda a conciencia de los que pagan, y se entiende que se debe defender lo antes posible, para salir a buscar pega. Pero cuidado! Que esa urgencia no signifique tomar para la chacota un trabajo que demuestra la calidad del o los autores.

Y a propósito de lo que dice en el renglón de arriba, y a propósito, también, de lo que dice en el primer renglón, lo realmente importante es el tema que aborda el postulante a licenciado, y allí detecto graves problemas. No sé a quién echarle la culpa. Pero últimamente se ha ido desperfilando el nivel de los alumnos egresados, considerando que los años anteriores hubo –no hubieron- verdaderos festivales de gambas en la 316; esa salita que no sé si me molesta más la ventanita chica con auxiliares paseándose por el otro lado, o lo chica e incómoda que resulta para los asistentes. Claro, muchos profes se pondrán de pie –no pies- y se agarrarán la cabeza al escuchar lo que acabo de escribir –porque no lo leerán, es mejor el cahuín- y me enrostrarán el gran nivel académico demostrado por los alumnos egresados, quienes obtuvieron sendas distinciones. Pero les puedo contar que hubo un caso excepcional, de un buen trabajo, en que la comisión verdaderamente leyó hasta los números de página, por que las preguntas que hacían los examinadores así lo demostraban; aunque aquel grupo no obtuvo la nota máxima. Sin embargo merecen mis respetos, junto con la comisión –bien por los de Enlaces-.

Ahora bien, y lo entenderán los lectores, no da lo mismo el tema que seleccione un candidato a licenciado, más aún si se trata de alguien que está inmerso en el mundo educacional. Esto lo digo pensando en la presentación del profesor Luis Riveros, Rector de la U. de Chile, el viernes último en Derecho. En la oportunidad presentó su libro “Mis ideas sobre educación: propuestas para un debate”, ceremonia patrocinada por la Corporación Educacional Masónica –ya era hora de que hicieran alguna aparición en esta casa de estudios fundada por ellos, donde cuyos alumnos poco se dan por enterados de los principios fundadores de la U. de Concepción- y que convocó a muchos académicos, pero a pocos alumnos de esta facultad.

El Rector Riveros nos hace un importante llamado a la reflexión; una invitación a desarrollar un debate nacional orientado a reformular el sistema educacional chileno, debate al que todos, y sobre todo quienes trabajamos y dejaremos nuestras vidas en las escuelas, tenemos mucho que decir; mucho que aportar. Y qué mejor forma que mediante el desarrollo de tésis que ofrezcan visiones e interpretaciones distintas del quehacer educacional; tésis que requieran, del postulante, mojarse el potito y asumir la responsabilidad social de pensar la educación desde una perspectiva de nación, no necesariamente pensando en una sala con 40 niños. Y si hubieran incentivos?… para publicar por ej.?

Pero será una batalla dura la que se deberá lidiar contra la comodidad, la falta de compromiso y la mediocridad que abraza no sólo a los alumnos de pedagogía –ellos no tienen la culpa-, sino que también a ciertos profesores que no promueven la divergencia ni la búsqueda de la verdad en sus alumnos, y que por el contrario lo desestimulan cuando muestran una actitud activa y comprometida con la educación. Si no pude evitar sonreír al recordar aquellas sabias palabras de un profe que le sugería a un alumno, interezado éste en cuestionar el sistema público educacional, dejar de lado sus convicciones diciéndole “Noooo!, para qué te vas a meter en ese tema, elige algo más simple; menos conflictivo, o vas a tener problemas. Tú sabís como son las cosas en este país” (…).

Es verdad que resulta más simple hacer una tésis referida a aspectos metodológicos. Y se me ocurren varios títulos largos: “La construcción de palos de agua y su incidencia en el aprendizaje de la música en niños con déficit atencional”; “El Picachu y el Mojojojo como elementos gatilladores del léxico disponible en niños disléxicos”; “Las dinámicas de grupos escout, en un contexto pedagógico con objeto de acercar niños rubios a los que en el futuro serán sus empleados”. Y así, podría seguir sugiriendo ideas a los que estén indecisos. El único problema es que el palo de agua no es un instrumento musical, es sólo una sonaja; esos monos animados sólo favorecen la producción de baba en los niños; y las dinámicas escout son soportadas por niños vestidos de huevón, dirigidos por un huevón vestido de niño -perdón por el exabrupto-.

Espero que hayan –no haigan- entendido la idea y, mejor aún, ya hayan reflexionado sobre esto. Aunque me da la impresión de que las últimas promociones traen algo más que altos puntajes de postulación, y que elevarán el nivel del profesor egresado de esta hermosa casa de estudios que, una vez más, abre sus puertas a nuevos estudiantes que vienen con el plus de haberse educado en democracia, lo que nos dice que no es casual que sean más comprometidos con su país.

Bienvenidos los alumnos que llegan a enriquecer la formación docente, buena suerte y éxito en sus proyectos.

XII. SEMANA CHANTA (abr.2002)

Sin duda que la que pasó fue una semana para la reflexión, para encontrarse con uno mismo –claro!, como dijo la señora cuica de la tele, echa’ita pa’trás en un balneario de La Serena- aunque sea desde la Pencópolis.

Primero fue la campaña televisivo-masónico-marxista en contra de una casta que surge a costa y pesar de quienes no son castos, pero que pagan los costos de dicha casta. Obviamente que me refiero a los sacerdotes del Califato Pontificio de la Sagrada Macaca, ciervos del Opus Night y adoradores del dorado Candado Chino. Estos siniestros personajes, también Guardianes de la Sagrada Letrina del Rey, abusaban de las gracias concedidas por un tal Sanctus Spiritum y, basándose en los preceptos establecidos por un líder rebelde connotado de la Palestina antigua, quien decía “dejad que los niños vengan a mí”, lo que se tomaron como un imperativo categórico; practicaron rituales de santificación propios de la antiquísima Sodoma; aquella ciudad que sucumbió ante una gigantesca callampa atómica, según Santander Batalla. Al respecto, un sacristán, jurando en vano y todo, se sacaba los pillos diciendo que habían tergiversado una información clasificada que versaba sobre el hallazgo de ‘pendexos’ bajo las sotanas de algunos célibes. Lo cierto es que aún cuando los purpurados se deshacían entre sus túnicas intentando justificar lo injustificable, nadie dejó de cuestionar aquella cruzada pedofílica.


En segundo lugar, no dejó de sorprenderme un rayado en una de las paredes de la remosada galería comercial del foro, reinaugurada hace poco por uno de sus más fervorosos admiradores. El rayado en cuestión, de profundo sentido antisemita, decía algo como "fuera los judíos de Palestina!" y emulaba aquellos llamados a la resistencia de los palestinos frente a la invasión del imperio romano, por un lado, y de las tribus nómades hebreas por otro. Es conveniente acudir a nuestra historia, con un referente antropológico y no ideológico, claro está, para comprender el contexto histórico y político en el que surge la notable Intifada, contexto que repite las condiciones sociopolíticas de hace dos milenios en aquella región árabe, las mismas que reciben a uno de sus más connotados líderes, judío de nombre desconocido, pero que se le conoce por el apodo hebreo de Jesús, que significa ‘el ungido’; también se le dio el apodo de Cristo, del hebreo ‘el que salva al hombre’. Luego Jesucristo es, para los judíos y palestinos, el elegido, ‘el mesías’ para salvar a los palestinos del imperio romano y de sus aliados comequeso, los fariseos. Entonces, aclaradas algunas dudas acerca de la historia de Palestina antigua, es posible establecer que aquellos rayados son absolutamente anacrónicos, extemporáneos y, obviamente, fuera del contexto académico universitario pencopolitano.


En este mismo sentido, vale una mención a la reciente expresión más patética de un grupo reducido de esta universidad –porque me cuesta, aunque no tanto, pensar que son de esta facultad- que, haciendo uso de las prácticas más comunes de la época de dictadura –en la que se quedaron pegados muchos niños que ni siquiera tiraron un boleto rayado en aquella época de clandestinidad- andan panfleteando en nombre del pueblo mapuche; y lo más patético es que ni siquiera son mapuches; de hecho, no me imagino a un verdadero peñi defendiendo sus derechos en un lugar tan poco estratégico y más indigno que el water de la facu.


Ahora, en tercer término, y a propósito de la reinauguración de la galería del foro, vale la pena dedicar algunas letras al reelecto rector de esta casa de estudios, quien ha demostrado un gran interés por ordenar las cuentas de la casa, de la casa de estudios por supuesto. Claro que orden, para algunos, se refiere a la distribución ordenada y criteriosa de los recursos; mientras que para nuestro rector y sus asesores, orden significa minimizar costes, es decir, prescindir de todo lo prescindible, de todo aquello que conlleve costos. Por cierto, la cultura y la formación integral en la universidad también conllevan costos.

Sobre lo anterior, existen aspectos que significan costos, aunque no económicos, pero que suelen ser muy preocupantes para quienes dirigen instituciones como esta universidad, en una sociedad como la chilena; y se refieren a aquellos factores que determinan la identidad de una universidad como la nuestra, que se funda en los principios masónicos como: respeto a la diversidad, tolerancia; defensa de la libertad, de la justicia; búsqueda de la verdad y libre examen. Todos ellos elementos esenciales para la verdadera y originaria forma de hacer Universidad. Universidad deriva de universal. Y en la antigüedad el universalismo que practicaban los romanos en su busqueda de las respuestas fue conocido como catolicismo. De ahí que la iglesia fundada por los esclavos seguidores del mesías palestino, y que se establece en Roma, se conozca como iglesia católica, es decir, universal –nótese que es fundada por esclavos, o sea, no tienen nada de nada, sólo hambre y cadenas en los pies, y en la cuna del imperio que los somete; es notable, entonces, la cuantiosidad de los diezmos conseguidos para edificar monumentales templos, al ladito del emperador-. En fin, ese catolicismo con el que se identifica nuestro rector no es precisamente con el que debe guiarse una casa en la que los estudios son hechos con base científica y no mitológica; librepensadora y no dogmática; divergente y tolerante, no sectaria ni ideológica. De tal manera que quien tenga la responsabilidad de dirigir los destinos de la Universidad de Concepción, debe estar dispuesto a asumir los costos que ello le signifique, incluso el convertirse en un excomulgo vitante, con tal de defender la identidad que nos legaran sus fundadores. De otra manera no estamos más que cursando ramos para obtener un título, y eso se hace en cualquier otra universidad; y los que quieran pastorear en las aulas que se vayan al seminario ortodoxo San Andrés o a la Universidad de la Pompeya, a ver si son capaces de expresarse libremente –la invitación se hace extensiva al pechoño que últimamente anda pegando papelitos en este fichero.


Un punto aparte merece la televisión nacional de Chile, la que pertenece al Estado –Estado que es laico, separado de la iglesia hace casi un siglo- aquella que debe transmitir para todos y procurar información objetiva y educativa a todos los miembros de la nación, la que transmitió tanto o más que el canal 5-ODTV (OpusDei Televisión) películas que han envejecido con nosotros; de hecho crecí viendo al único palestino de ojos azules y bonito, el creado por obra y gracia de Franco Seffirelli. De cierto os digo que en casi tres décadas se han venido transmitiendo las mismas películas malas, condenando a la audiencia a mirar, babeantes e ingenuos, historias cinematográficas basadas en mitología y leyendas propias de una región bastante alejada de la nuestra, y que por lo tanto no tiene nada que ver con nosotros. Claro, dicen que el rating manda; pero qué alternativa queda si todos transmiten lo mismo? No queda otra que apagar la tele y escuchar la radio, pero… también están sometidas.


Lo grave de todo esto es que la televisión estatal contribuye sistemáticamente a la agravada esquizofrenia que padece nuestra sociedad, uno de cuyos síntomas es la ‘idea delirante paranoidea’, que consiste en ‘la creencia irrestricta en una idea que no se puede comprobar en la realidad, y donde no se acepta otra verdad’. Inclusive, Nietche habla de ‘neurosis religiosa’, la que se encontraría ligada a tres peligrosas prescripciones dietéticas: soledad, ayuno y abstinencia sexual. Claro está que los curitas del primer párrafo hacían caso omiso de tales prescripciones.


Y, finalmente, los huevos. Aquellos objetos que representan la mentada globalización y la astuta forma que tiene el mercado de aprovecharse de la conciencia ingenua de la gente, adecuando sus campañas publicitarias al contexto y tradición de los pueblos, como la navidad, el día de los muertos o halloween, san Valentín, etc. Esos huevos que despiertan cada mañana de domingo santo a los niños, hijos de padres que vivieron su retiro espiritual entre las vitrinas buscando los huevos de la resurrección.


Tal vez el tema mitológico y el cómo abordarlo en el sistema educacional es un problema de huevos; de cómo mostrar a esos huevos como parte de tradiciones y leyendas propias del folclor de diversos pueblos. Tan así es este problema de huevos que aún en un colegio laico se acepta la entrega de huevadas de chocolate (entiéndase por montonera de huevos en una bolsa); lo que demuestra que aún siendo laico no puede contra el factor cultural, y es precisamente a partir de este elemento que se debe desarrollar la discusión en la formación de profesores, más allá de una discusión teológica.

XIII. CUANDO SEAMOS CENSADOS…SEAMOS SENSATOS (abr.2002)

Este miércoles 24 será muy especial, especialmente para aquellos que le hacen el quite al trabajo, porque no habrá clases, es decir, será feriado. Y, además, será especial porque se desarrollará el esperado CENSO 2002.
Aquel día se levantarán tempranito todos los que quisieron ser voluntarios: escolares, universitarios, y muchos comprometidos con el país; y también los empleados públicos, que por ley deben cumplir con esta jornada un día cada diez años –y los frescos, que sacan la vuelta durante gran parte de esos diez años, están pidiendo bonificaciones extras, como si los voluntarios recibieran algo más que ‘merienda’- mientras que el resto del país esperará en su casita, calientitos, todos legañosos, para recibir a los encuestadores. Claro, los explotados del comercio deberán presentarse después de almuerzo para atender las necesidades de los atribulados chilenos, esos que deben paliar sus angustias económicas, sus temores a la cesantía, y todas esas huevadas que dicen los derechistas, con facilidad y frecuencia, en los medios de comunicación.
Y, como era de esperar, en esta oportunidad se ha puesto de moda la preocupación de los divinos representantes del califato pontificio de la sagrada macaca, quienes temen que sus adictos, sus fanáticos, su fuente virtuosa de financiamiento, se vean confundidos y descarriados por la campaña demoniaco-marxista de la que han sido víctima; a ello se le suma el temor a que las familias de aquellos niños y niñas que dejaron sobre sus sotanas, y que luego aparecieron debajo de ellas, se alejen de sus templos de culto y, lo que sería peor, les arrebaten la fuente de santificación que representan aquellos pequeños seres engendrados en pecado. Y todo por culpa de unos meils que circulaban en la aldea global, y que salieron a la luz pública, casual y sospechosamente, desde una dependencia estatal; hecho que originó que la congregación de célibes de la obra de dios amenazaran con objetar y desconocer la validez de los resultados del CENSO, si el porcentaje de adhesión a la universal iglesia de los santos pedofílicos de los últimos días bajaba de su mentado 80%. Lo que denota la debilidad de su deidad frente al poder de un meil.
Sobre ese 80% de católicos apostólicos y romanos en Chile, cabe señalar que es fácil darse cuenta de que es virtual, dudoso, falso; ya que no existe un estudio estadístico serio, de hecho no existe ni estudio estadístico, que establezca la real adhesión de los chilenos a una institución religiosa. Nótese que no me refiero a la creencia en algo, necesidad antropológica de los hombres por responderse el mundo y su propio origen –sobre la pertinencia de los elementos con que el hombre de hace 4000 años daba respuesta a sus interrogantes, y los que tiene a su disposición hoy, es posible hablar en otra oportunidad-; me refiero a la pertenencia a una administradora de fé determinada –de esas que le dicen a sus asociados cómo actuar para alcanzar la gracia de su dios, preceptos que inventaron sus creadores, por cierto-. Sobre la pertenencia de la población a una AF determinada, resulta evidente que no es un 80% la que adhiere a los preceptos romanos; de ser así, cada domingo encontraríamos a 12 millones de chilenos abarrotando los templos de culto, y a sólo a 3 millones en sus casas o en las calles tocando panderos y gritando ¡Arrepiéntete!. Claro está que no es la realidad que vemos cada domingo –bueno, los madrugadores del barrio estación de los domingos no van precisamente a un culto, de hecho tampoco son madrugadores-.
Lo cierto es que a la gente, a partir de la escuela, nunca le dicen que puede no pertenecer a una institución religiosa, ni siquiera le dicen que puede no tener una creencia en una deidad, y que no tendrá problemas morales, valóricos o de salud, como piensa mi abuelita Chela –ella siempre huevea con el
bautizo de las guaguas, para que no sean ‘moras’ y ‘sean sanitas’, y no ha ido jamás a misa, sólo a la del 20, en Yumbel-. Esta es una tarea que debemos asumir los profes, para no seguir siendo cómplices de este mantenimiento de la conciencia ingenua de personas que viven en pleno siglo XXI, e inclusive muy lejos y ajenos al folclor y tradición del medio oriente.
Vale la pena recordar que hace muchos años el Estado, nuestro Estado chileno –compuesto de tres poderes: el Ejecutivo (el gobierno, por si acaso no cachaban), el Legislativo (donde la derecha más 5 designados tiene mayoría en el senado), y el Judicial (…sin comentarios)- se separó de la iglesia católica, dando inicio al nuevo Estado Laico.
Estado Laico quiere decir que la gestión de sus poderes es ajena a los dogmas propios de una iglesia, y que las leyes y políticas deben estar enfocadas a la población en general, a sus intereses y necesidades, sin considerar su concepción del mundo y del hombre. Esto es que se respetará la libertad del ciudadano de tomar sus propias decisiones, de acuerdo a sus principios y siempre que no contravenga la normativa vigente –bueno, la constitución del ‘80 agrega ‘que no dañe la moral y las buenas costumbres’, pero esas son huevadas que impusieron los momios y que tendrán que cambiar-.
Sobre esto, queda claro que en el ámbito de la educación queda mucho por avanzar, de hecho se debe terminar con la mentada separación de la iglesia, aplicándola al sistema educacional público, dónde nos encontramos con barbaridades como que ‘es importante que el niño aprenda a amar a dios’, ‘que tenga fé’ y otras huevadas por el estilo. Valentín Letelier –chileno, por si no cachan-, a este respecto, y hace 100 años, decía que el Estado, toda vez que se seculariza, es decir, se separa de la iglesia, debe garantizar a todos sus ciudadanos el acceso a la diversidad de concepciones del hombre y del mundo (Filosofía de la Educación, 1911), lo que significa una educación no dogmática.
Y, por último, para demostrar que mucho nos falta por consolidar la separación del Estado y la iglesia romana, mencionaré el incidente que protagonizara uno de los poderes, en circunstancias que un ex reo se querella contra el Estado por un diagnóstico errado de VIH, que lo mantuvo 5 años con el rótulo de ‘sidoso’. A ello, el Consejo de Defensa del Estado refuta con una tesis de ‘curación transpersonal’, originada en la profunda fé que profesara el enfermo milagrosamente curado. Lo que agrava la falta es que un juez aceptó la tesis y juzgó en consecuencia, dando lugar a un antecedente ideológico y no jurídico –queda claro que aquel juez meditó su decisión en el monte de los olivos. Este patético y absurdo hecho nos recuerda, también, el caso de la pastillita, esa del día después, la que fue rechazada por un juez que estableció que la vida de un óvulo por fecundar sólo la quita ‘el tatita dios’, aunque en los libritos hebreos no se encuentre citado ni el óvulo ni el espermio.
Es indudable que el tema religioso es complejo, y no se resuelve con un censo, ni mucho menos en programas como el ‘El Teómetro’ de Chilevisión, que se dice abierto y crítico, y que no hace más que dar tribuna a los que tienen todas las tribunas para decir ‘la palabra de dios’, ya que presenta a los representantes del Opus Dei en clara mayoría sobre representantes laicos o progresistas.
Ahora bien, este miércoles serán más de treinta preguntas que deberán ser contestadas con sensatez, pensando en la importancia de contar con información real para que el gobierno –y los siguientes- pueda tenerla en cuenta al momento de tomar decisiones; y sólo una de ellas está relacionada con lo mitológico. Es decir, la mayoría de las preguntas se refieren a temas de real importancia para Chile.
Así es que a descansar todos aquellos que trabajan y se esfuerzan durante la semana, aunque sea por ese día, algo es algo. Y a esperar a los censistas –no censores, como dicen algunos en la tele- que nunca se sabe cuando llegarán, y que obliga a todos a esperar sentaditos, mirando tele, jugando naipes, como una sagrada familia, la familia corazón, hablando de cualquier huevada con tal de que pase luego el tiempo y que traiga a uno de los esperados voluntarios; para luego salir pegando cada uno por su lado, como si el terremoto del norte se hubiera trasladado a su casa, a aprovechar algo del feriado.

XIV. LA LEY DE MORAGA Y EL CAOS (may.2002)

Las leyes están para respetarlas!’, decía un sabio profesor de una honorable academia, de cuyo nombre no debo acordarme. Claro, lo decía mientras blandía a mano alzada uno de sus apuntes –ahora les llaman ‘paper’-, si hasta me recordó al pastor de ‘Hebrón’, ese show que se hacía en el ‘Lord Cochrane’ y que transmitía el ecuménico TVU (al día siguiente, el mismo canal, mostraban a un cura excomulgando a los divorciados y asesinos de espermios); la verdad es que ese catedrático acusaba gran devoción por ‘lo que estaba escrito’ -cualquier huevada escrita-.

Pensando en las leyes a que hacía alusión aquel magister, uno no puede quedar ajeno a las normativas vigentes para la vida en comunidad, normativas que, dicho sea de paso, establecen los mismos miembros de dicha comunidad; no entidades del ‘más allá’ o del ‘menos acá’, de hecho, tales entidades también son una construcción de los miembros de una comunidad (cualquier comunidad, y de acuerdo a su particular forma de vida). Las leyes que nos dicen cómo conducir un auto, qué hacer cuando nos roba un lanza –bueno, cuando nos roba un empresario... las leyes laborales... lo protegen bastante; él es el ‘llamado’ a generar riquezas, y a disfrutarlas, por cierto; el trabajador sólo la envasa.-, en fin, todo el normamento jurídico de la sociedad debe respetarse, con eso estoy de acuerdo.

También hay leyes que, aunque no se quieran respetar, siempre nos afectan; como son: la ley de Murphy, esa que obliga a pedir prórroga para entregar informes atrasados porque la impresora ‘no quiso imprimir’ –típico de la conciencia animista, la de adjudicarle propiedades humanas a huevadas inanimadas; ...y pensar que el gobierno mantiene a los pedofílicos del OpusGay haciendo su catecismo idiotizante en las escuelas con letra-; o bien, la ‘ley de Moraga’, ese legislador que al parecer era muy amigo de los ‘winer’ seguidores de Smith y de Portales, y que a todos nos toca respetar en algún momento. La ley de moraga también se aplica en esta facultad -aunque está la ley del consumidor, aquella que no hacemos valer los estudiantes de pregrado- cuando se nos priva de clases porque los perlas andan ‘pituteando’ –se acuerda profe que usted mismo lo dijo así?- o ‘perfeccionando’ a los profes del sistema. Estoy seguro que esa no se la hacen a los de postgrado o los del doble título de los sábados. Bueno, por lo menos se nos indemniza. Sí, para compensar la pérdida de clases ponen papel higiénico en el baño –aunque por el puro día-. Tal ves nos quieren decir algo con eso... algo como ‘cagaron los de pregrado!, pónganle confort!’.

Bueno, retomando el caso de aquel ‘doscente’, la idea de respetar las leyes establecidas queda claro, y no queda otra después de escucharle decir que sin leyes ‘se produce la anarquía’, y como yo no soy anarquista y me gusta que todo funcione ordenadito; sin ningún condoro de tipo administrativo; sin ninguna ‘clase’ sin hacer... Pero lo que no me queda claro es que en la actividad académica también existen leyes ¿...?. Bueno, entiendo que en la parte administrativa de una universidad debe haber normativas, pero me refiero al quehacer netamente universitario, a la praxis educativa, una disciplina de las ciencias sociales que se presenta abierta al análisis, a la crítica y, por cierto, al cuestionamiento. Entonces, me resisto a aceptar que en nuestro quehacer académico universitario, y mucho menos en nuestro proceso de formación docente, se pretenda que existen leyes, y que estas están representadas por ‘lo que está escrito’; incluido los papers, apuntes, documentos varios; guías de trabajo, incluidas esas tediosas guías de ‘informe de pasantía’ que se hicieron una vez, se multicopiaron y se dejaron per
sécula en los estantes para repartir al huevonaje que va a molestar a los tutores –hojitas que, por cierto, siempre cuesta encontrar si alguien anda atrasado-.

Resulta, entonces, conmovedor asistir a una cátedra en la que el encargado de dar algunas luces sobre nuestro hacer pedagógico, se muestra reacio a propuestas que no se condigan con ‘lo que está escrito’; contrario a toda práctica que conduzca a la divergencia y a la criticidad. ‘¡Si pretendemos pensar distinto en la sala de clases, ¡se formaría el caos!’ Decía con gran autoridad el atemorizado docente; temeroso de que la clase se le fuera de las manos, o en buen chileno –que cursi- que quedara la cagada con su planificada clase (...sí, oye!).

Ahí está el problema, haberlo sabido... Desde luego, se debe evitar el caos en la praxis educativa, a como de lugar; todo debe quedar tal como está –está tan bien así; entonces el rector de la Chile estaba puro hueveando cuando llamaba al debate en torno a la educación, y decía que el sistema estaba en crisis... ¿adónde la vio?-; cuál es el gusto de buscarle la quinta pata al gato? El caos!, el caos conduce a la anarquía! ¡Cómo se te ocurre pensar que lo que dice este apunte es erróneo? ¡Esta guía de informe es la ley! –aunque él mismo dice ‘guía’, sólo eso, un referente-. Tranquilo profe!, despierte!, ya pasó la dictadura! Ahora se puede decir lo que uno piensa, aunque se piense distinto; y nadie le va a echar tanax por promoverlo en su sala; diga con confianza que es ateo o de izquierda –para qué dice que es budista?- si en la U no echan a nadie, ni por ‘acoso’ ni por ‘ocaso’. Deje hablar a los niños, que ya están bastante peluditos como para observarlo jugar al ‘yo-yo’.

Pero, qué es el ‘Caos’? –profe, esto está escrito!- “El término Caos se refiere a una interconexión subyacente que se manifiesta en acontecimientos aparentemente aleatorios. En la turbulencia de un arroyo es imposible predecir la trayectoria de una partícula de agua. Sin embargo, ese sistema es, a la vez, continuamente cambiante y siempre estable. Si tiramos una piedra al agua el sistema no se desestabilizará, cosa que sí ocurriría en un sistema no caótico.
Ahora, ¿por qué un sistema caótico es tan cambiante? Porque todo esta influido por todo. Todo está interconectado con todo –es decir, el profe con el alumno; él con su compañera; ella con su comadre, y yo con mi compadre Lucho; la profe con usted, etcétera.- ¿Por qué un sistema caótico es, a la vez, tan estable? Por las interconexiones sutiles que se forman al estar todo influido por todo. Más allá de nuestros intentos por controlar y definir la realidad se extiende el infinito reino de la sutileza y la ambigüedad, mediante el cual nos podemos abrir a dimensiones creativas que vuelven más profundas y armoniosas nuestras vidas
.”[1] –media volada caótica-

Y para terminar –por el momento, of course- debo reconocer que todo se debe a que la cuestión generacional se impone. A los viejos los criaron a punta de ‘bacalao’ –se acuerda profe?-, los educó el profesor ‘paletazo en el traste’ –se enojan cuando digo culo- y cuando comenzaban a trabajar les pusieron una bayoneta en la espalda –…para qué repetir È- y pobre del que dijera que no estaba de cuerdo... En cambio, a nosotros nos daban ColaCao.

Ahora bien, no se molesten en preguntarme lo mismo de siempre ‘y quién es ese profe?’. La verdad es que no importa el sujeto, sólo importa el fenómeno, es decir, la situación planteada. Y es en función de eso que debe desarrollarse la reflexión, algo que a todos nos corresponde. Los invito, entonces, a promover el caos en las salas, que de ellas salgan las propuestas que cambien este sistema, que más que sistema parece círculo vicioso. Yo por mi parte tengo que rehacer un informe que hice a mi pinta –seré huevón?-, para ello deberé ceñirme a la guía, a la ley; porque… ¡está escrito!.


[1] http://elcaos.tripod.com

XV. CRISIS, CRITICA, CRITICIDAD (jun.2002)

De que el sistema educacional chileno está en crisis no hay discusión, como tampoco hay discusión de alto nivel para solucionarla. Y esto no es un cliché, sino que, lamentablemente, nuestra triste realidad. Y nos quedamos sentaditos, y calladitos, escuchando las charlas de profesores pegados en su autosuficiencia, en sus manuales amarillentos, escritos en WordStar; contando sus historias de escuelas pobres de Lota –al parecer, en dictadura no había otras-. Y poco se aborda el tema abordado por caperusos, de esos que van al abordaje –aunque sepan que van a morir-, de esos de verdad. Porque la conferencia del rector de la Chile no se citó en clase alguna, y las publicaciones de Carlos Neely en el diario, ni las pescan; ni hablar del librito del profe Emilio Rivano –el de Lenguas-; y lo que digan esos señores no debiera preocuparnos, ‘sigamos con la clase que traje planificada’ –aunque sea desde la puerta de su oficina-. Así, es muy poco lo que se puede hacer, desde la universidad, para aportar o contribuir al debate al que llamaba Don Luis Riveros, quien escribe acerca de lo que plantea el viejito leído en el taller.

Los problemas que aquejan a la educación, como el financiamiento –al parecer lo más importante-, la educación pública, el currículum y los objetivos, la formación docente, el proyecto país, etc., no son cosa nueva, y esto no significa que sea otra de las herencias de la dictadura, ya que entonces sólo se agravó la situación, y los gobiernos democráticos se han limitado a recuperar el tiempo perdido, tanto en las platas e infraestructura como en los enfoques curriculares, avanzando lo más posible hacia la modernidad. Lo cierto es que hace mucho tiempo, muchas décadas, se viene intentando dar una forma a nuestra escuela chilena. Ya en 1747, al fundarse la U. de San felipe, se comienza a desarrollar la actividad académica formal en la Colonia Chilena (consultar “Notas sobre enseñanza superior en el siglo XVIII”, Atenea N°420, 1968). Desde entonces se confrontan diversos paradigmas educacionistas. Unos, defendiendo la libertad absoluta para crear escuelas –algo parecido al liberalismo-; otros, el derecho y “rol indiscutible” de la iglesia –cuál de todas?- de educar (...); y otros, defendiendo al Estado Docente (consultar “Filosofía de la Educación” Letelier, Valentín; 1912).

Como se puede apreciar, el tema es de larga data, y se repite siempre la misma cancioncita: nuestro sistema es imperfecto. Y esto se debe a que no existe un compromiso de país, donde los intereses converjan en los ciudadanos y no en las sedes y sillones parlamentarios; que no estén supeditados a los intereses de los conservadores adictos al “cambio”, o al de los pechoños que confunden una relación sexual con una familia, y a un óvulo fecundado con un ser humano, y que pretenden que todos debemos comulgar –yo paso, prefiero el pan con mortadela-
Nuestro sistema educacional se ha planteado como si se tratara de las Isapres, las Sanitarias, las Empresas privadas; en las que el Estado no debe inmiscuirse, y disfrazan el discurso con apologías de la libertad. Lo mismo se decía durante la discusión sobre la instrucción pública, a fines del siglo XIX –curiosamente los obispos, en sus púlpitos, coincidían con los conservadores en el congreso-; y lo mismo dicen los del Instituto del Piñera, en la revista de Educación de abril de este año.



Es cierto que es importante la inversión pública para mejorar las cosas en la escuela; como cierto es que mantenemos una escuela a la inglesa –de esa que aparece en “The Wall”, la del ladrillito en la pared-, con niñitos sentaditos en “pupitres”, en salitas cuadraditas -e igual de feas que en mis tiempos de escolar- de las que salen todos juntos a “recreo”, cual rebaño a pastar, y los meten de nuevo en sus corrales al sonar un timbre estridente, como si fuera campo de concentración. Niños vestidos como se vestían los niños hace 70 años, con corbatita y todo. Qué bonito, qué ideal, qué “pertinente” –esa palabrita se usa a menudo-. Y también es cierto que la iniciativa de directivos y docentes –las individualidades- pueden lograr mejoramientos notables en ellas. Pero es más importante, más esencial, el proyecto educacional del país, con una legislación en pro del sistema, que considere aspectos económicos, curriculares y culturales; que defina objetivos “objetivos”, y no una carta según ‘San Guchito’; que establezca los objetivos de la educación chilena, y que fortalezca al Estado como principal responsable, cuyo deber es, toda vez que se seculariza, “ofrecer, a cada ciudadano, la diversidad de concepciones del hombre y del mundo”[1].

Ahora, para desarrollar ese debate que nos lleve a formular los objetivos “objetivos”, es necesario que los actores se liberen del temor a decir su palabra. Esto se origina en el hecho de que durante los cortos años de nuestra república la mayor parte hemos estado sometidos a dictaduras que se pelean el título de “sangrientas”, lo que significa que generalmente se ha trabajado en torno a la educación, un área esencialmente liberadora, en circunstancias políticas absolutamente desfavorables, ya sea en plena dictadura o con el susto de las etapas ‘post’ –el fantasmita que les gusta a los conservadores-. Así, el asertivismo necesario para proponer y generar propuestas se ve reemplazado por la autocensura, y la actitud de “para qué quemarse?, para qué marcarse?”.

Ese temor de la sociedad, es la actitud que se trasunta a las universidades, que es donde se forman los actores, y de allí a las escuelas, y de las escuelas... ups! Cerramos el círculo!. Entonces, el temor nos lleva a la autocensura; eso nos lleva a la falta de creatividad, y sin creatividad... eh, qué más?. Bueno, ustedes entienden. Y lo peor es que para poder desarrollar un proceso evaluativo de nuestro sistema se necesita capacidad de autocrítica, es decir, “conciencia crítica”, esa criticidad que, aunque está en los OFT, no se estimula mucho que digamos –bueno, en la U se nos dice que la estimulemos, pero que no se nos ocurra criticar el apunte de Orientación, por ejemplo, claro-.

Lo más importante en la vida es... tratar de hacer, cada uno, lo posible por revertir esta realidad, y eso pasa por legitimarnos como actores críticos; sin temor; creativos; agentes de cambio –y no de ése con el que engrupe el conservador de sonrisa frígida- capaces de hacernos cargo de nuestra pega, la de educadores.

Por qué cantáis la rosa, ¡oh Poetas!
Acedla florecer en el poema
[2]



[1] Letelier, Valentín; 1912.
[2] Huidobro, Vicente: “El espejo de agua”, Buenos Aires, 1916.