sábado, 7 de febrero de 2009

XVII. UNA OPINION OPTIMISTA (jul.2002)

La diferencia entre Pesimismo y Optimismo es que el pesimista nunca se preocupa de criticar lo que pudiera estar fallando, aunque parezca lo contrario; y yo me considero un optimista, ya que critico y propongo ideas nivelando hacia arriba, apuntando a lo óptimo, para mejorar lo que aún está fallando en esta U, a la que quiero mucho, y la que ha sido mi Alma Mater durante una década. –por si alguno todavía no cachaba-
Estaba escrito, y no es que me haya adelantado, pero curiosamente se repite la misma historia, es decir, seguimos en la misma línea, la de la excelencia académica, pero al nivel de nuestra facultad no más, por que ni pensar en ponernos a la altura de las mejores de la región –así se le llama al continente-, y me estoy refiriendo clara y patudamente a la última defensa de tesis del semestre, y no importa el nombre de los alumnos –hoy licenciados- sino más bien, el fenómeno, un tema no menor que es menester ser analizado. Lo cierto es que cuando lo escribí el año pasado sabía a lo que me exponía -me encanta exponerme, si me faltó ir a la fotito a poto pelado- y me arriesgaba a que me llovieran los cachamales en la cabeza por mi osadía de criticar a los tesistas –perdón, licenciados- y a las comisiones. Pero mis compañeros de esa época (los licenciados aludidos) supieron entender que mis críticas no iban dirigidas a ellos –bueno, algo les llegaba- sino más bien a los docentes de la facu, que son los que cumplen el rol de ‘guía’ y/o examinadores. Ahora espero que mis compañeros de hoy entiendan lo mismo –así, ¯nunca quedo mal con nadie¯- y que los profes entiendan la idea y no me vayan a rajar en mi tesis. Y qué mejor que recordar aquello que estaba escrito, para graficar la idea.
Lo siguiente corresponde a dos fragmentos de ensayos del autor –pedir al e-mail-, uno publicado en este fichero y el otro sólo entregado a ciertas personas. Oremos... -perdón- Veamos.

& “...Hace muy poco se comenzó a vivir un fenómeno cuasi novelesco... puesto que se rumorea que se está haciendo frente a la crisis económica mediante novedosas –o a lo mejor no tan novedosas- estrategias de marketing. Si hasta se oyen los gritos de los oferentes ¡Sacar a cien! ¡Llegar y llevar! ¡Sacar a cien! y se oyen en el tercer piso, al fondo a la izquierda, el local es el N°316. Debe ser la crisis que ha sensibilizado a los dueños del mercado local, y han comenzado a ser generosos –algo parecido al caso de Barrio Patronato: ¡Apoye lo nuestro! ¡Lo nuestro es bueno!- y los más contentos son los clientes, que salen con una sonrisa de oreja a oreja, con su ganga en el bolsito. Todos lo comentan ¡Están rematando! ¡Sacar a cien!.” (Nº9 “Amores de mercado”, de septiembre de 2001)

& “La propuesta de trabajo con hipertexto, que no es otra cosa que una de las herramientas que ofrece un software de la empresa Microsoft, contenido en ‘Office 98’, el procesador de texto ‘Word’, que por una cuestión generacional cautivó menos a la más joven de la comisión examinadora, más bien debió llamarse “Aprendizaje de algo mediante la confección de un afiche”, porque no era otra cosa lo que hacían los alumnos. Sin embargo, aún existen personas que, por problemas de acercamiento, o mejor dicho ‘alejamiento’ de la informática como recurso y herramienta, suelen deslumbrarse por la parafernalia computacional y se dejan seducir fácilmente por todo aquello que se ofrezca desde una pantalla -se sabe de comisiones que han llegado a la locura celebrando propuestas de ese tipo, hasta hay, o mejor dicho, hubo comisionados que, saltando cuasi en una catarsis, se lanzaron contra la lona de proyección, intentando vanamente introducirse en una dimensión virtual. Claro está que los nombres de aquellos frustrados docentes me los reservo, es más, sólo están en mi mente.
Volviendo al punto del hipertexto, me extrañó que sólo un miembro de la comisión reparara en ciertos detalles, aunque la algarabía de sus pares la hiciera desistir de indagar más en ellos. Me refiero al hecho de que no había coherencia entre los objetivos planteados y la actividad final expuesta (el afiche), y no creo que mi subjetividad como miembro de otro grupo que, legítimamente, aspiraba a ofrecer ‘lo mejor’, ‘la panacea’, no me permitiera comprender que para lograr que los alumnos hagan un afiche en el computador se requiere de un bloque completo en función del hipertexto. Aunque, claramente, ‘y de acuerdo a mi experiencia’ -suena bien- puedo decir que basta con sentar a los niños frente a un computador y darles chipe libre para confeccionar algo para que lo hagan, y no se requiere que revisen mapas conceptuales o comprendan cómo opera el hipertexto, por lo demás un afiche es un afiche, plano, inmóvil, fijo, sólo da una información, imposible obtener más al leerlo; y el hipertexto? que permite conectar palabras con textos de otras páginas, como en un mapa conceptual y la descripción de los conceptos?, dónde queda aplicado en un ‘afiche’?. Además, qué se supone que aprendieron con esta actividad? Está el mérito en lograr la atención de los alumnos durante todo el bloque? Por favor!, si es así, el mérito lo tiene el computador, que siempre cautivará a los niños de hoy, que podrían pasar horas y horas frente a él, y no los profesores.” (“El examen final”, de diciembre de 2001)

Bueno, después de lo anterior no queda más que hacer la relación con el fenómeno vivido la última semana del semestre que terminó, y concluir que es necesario sentarnos a analizar para dónde vamos, o sea, profe Gonzalo, ‘de qué estamos hablando!’; profe Cecilia, no la conozco mucho, pero se nota que caha harto, o sea, sabe; y la tía Beatriz, ahora subió en la jerarquía, por algo será; ustedes tienen una gran responsabilidad, por ser de los docentes que escapan a la norma –y no tiene que ver con la profe Norma, que también está en este grupo- y que son los que pueden cambiarle el rostro a esta trasnochada docencia de pregrado. Si lo peor de todo es que se notaba en sus caras que ni ellos se la creían, pero había que ayudar a los muchachos, y obviar las falencias en la presentación y en el documento. Perdón por si caigo en suspicacias, pero no es sólo mi opinión.

Lo que ocurrió fue la demostración de que la última instancia, la más importante en la carrera de un universitario de pregrado, ya dejó de tener la categoría que solía tener en nuestra Alma Mater, si hasta había una escala que iba desde ‘reprobado’ (menos de 51), pasando por ‘aprobado’, hasta ‘aprobado con distinción máxima’ (100); ahora de esa escala sólo queda una hoja piñufla pegada en el escritorio del señor Montero –échenle una miradita, en secre académica-. Y esto lo único que hace es desmotivar y frustrar más a los futuros profesores, muchos de ellos alumnos de cursos anteriores que asisten a estos eventos con la idea de cachar el mote para estar mejor preparados para cuando les llegue la hora, y resulta que salen sorprendidos diciendo ‘y eso era todo?’ o ‘estaba mejor la exposición de didáctica’. Entonces cabe preguntarse ¿cómo debe ser la defensa para obtener menos de 80?, o, lo que es peor, ¿de qué manera hacemos la ‘distinción’ entre dos tesis de distinto nivel? con una 'carita feliz’ en la portada?. Qué queda para los demás candidatos –y me incluyo- que aspiran a presentar algo mejor , una tesis de calidad, que esté a la altura de las mejores universidades de la región, una que lo diferencie de los de la universidad Menor o la Astuto Prat?.
Sólo me resta hacer un par de precisiones. Un software es un programa basado en un lenguaje, y requiere de la directa participación de un informático; mas en esta oportunidad lo que se presentó como software no es nada más que una especie de página web hecha con FrontPage; la multimedia no tiene relación con el texto, sólo es la manipulación de tres herramientas: Computador, Sistema de video y Audio; la interactividad corresponde a la interacción entre el usuario y el objeto, por lo que las letritas en movimiento jamás serán interactivas. Y así como la poca claridad en los conceptos y objetivos, hubo errores que debieron haberse salvado durante la asesoría del docente guía, por lo que la responsabilidad ya no recae en los candidatos (ahora licenciados).
Felicitaciones a las nuevas profesoras, mucho éxito en su vida laboral. Yo, por mientras, me quedo tratando de arreglar algunos detalles antes de irme, insistiendo con mi candidatura... a P.L.R.

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